“Para mí es una gracia muy grande porque significa vestir a nuestro señor Jesucristo en la persona del Papa. Es un sentimiento de gozo que no se puede expresar”, declaró a ACI Prensa la hermana María Beatriz de la Dolorosa, una de las monjas que realizan esta labor.
“El obispo nos llamó hace más de un mes para ver si podíamos y éramos capaces de hacer ese trabajo. Para nosotras fue una alegría y una gracia que nos hayan escogido a nosotras que vivimos en un lugar tan pequeño y alejado”, manifestó.
De las veinte monjas que viven en el convento, cuatro se dedican a la confección de las vestiduras y ornamentos para Guayaquil: la hermana María Lorena de Jesús Crucificado, Analía de Jesús, Sarita de Santa Teresa y María Beatriz de la Dolorosa.
“Hay que aclarar que en las albas han metido mano todas las hermanas. Nuestro anhelo es que el Papa use vestiduras hechas por todas nosotras”, señaló.
Sor María Beatriz comentó que recién les han informado que las vestiduras que el Papa llevará en la misa central del 7 de julio en Quito han sido encargadas a un grupo de artesanos en Cuenca. Sin embargo, debido a que ya están listas, el convento se las entregará como regalo al Santo Padre.
Las hermanas han trabajado durante un mes para elaborar dos albas, dos estolas, dos cíngulos (cordones que van atados a la cintura), dos casullas y dos mitras (que solo usan el Papa y los obispos).
“El alba ha sido bordada a mano, al igual que las estolas, el resto de las piezas están bordadas a máquina”, indicó la hermana María Beatriz a ACI Prensa.
El color para las liturgias solemnes es el blanco o el dorado. Para las misas en Guayaquil y Quito, el Pontífice utilizará el color blanco.
La religiosa explicó que en las vestiduras se colocaron motivos ecuatorianos como Santa Narcisa de Jesús, nacida en Nobol; y en los ornamentos destinados a la celebración en Quito bordaron una azucena, símbolo de Santa Mariana de Jesús, la primera santa ecuatoriana; y el corazón de Jesús porque Ecuador está consagrado a él.
La hermana María Beatriz de la Dolorosa indicó que las hermanas emplearon telas de brocado para las vestiduras e hilos de oro para los bordados en las estolas.
Su vida cotidiana y apostolado
Aunque el apostolado principal del convento es la oración, las monjas deben combinar el trabajo en los ornamentos papales con los oficios divinos. Durante la mañana, trabajan desde las 08:00 am hasta la 01:00 pm y en la tarde de 04:00pm hasta las 5:30pm.
Sor María Beatriz comentó que la vocación de las monjas de clausura es ser “el pulmón de la Iglesia”. Con sus plegarias contribuyen al sostenimiento de todos los sacerdotes, consagrados y laicos.
Los trabajos de costura se realizan hace 17 años y fueron una iniciativa de la fundadora, Sor María Elena del Corazón de Jesús, que actualmente tiene 82 años, como un medio para generar ingresos al convento.
Además de la confección de las vestiduras litúrgicas, las hermanas fabrican cirios, manteles, palias, paños humerales, vino, hostias, purificadores, entre otros productos que se utilizan en las liturgias católicas.
“Nuestro trabajo es un aporte grande a la diócesis porque antes no había quien hiciera las vestiduras”, dijo. La mayoría de las hermanas que ingresan al convento no tienen nociones de costura. Por ello, la fundadora se dedicó a enseñarles.
Sobre la visita del Papa Francisco a Ecuador la hermana María Beatriz de la Dolorosa manifestó que todas las monjas están muy contentas y entusiasmadas.
“Yo creo que es una visita que nos hace el mismo Dios a todos los ecuatorianos. Espero que todos reflexionemos y nos sintamos amados por el Señor. Porque es el mismo Dios en persona que viene a visitarnos”, expresó.
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