El uso de contraceptivos orales aumenta el riesgo de padecer problemas tromboembólicos
Observatorio de Bioética Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir
Ciudad del Vaticano, 30 de junio de 2015 (ZENIT.org) Justo Aznar | 0 hits
Cuando se usan contraceptivos orales se plantean fundamentalmente tres problemas éticos.
- Es si su uso es moralmente aceptable desde un punto de vista del Magisterio de la Iglesia Católica, cosa que quedó bien definida tras la publicación de la Encíclica Humanae Vitae, que en sus puntos 14 al 18 manifestaba: “En conformidad con estos principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio, debemos una vez más declarar que hay que excluir absolutamente, como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas [14]. Hay que excluir igualmente, como el Magisterio de la Iglesia ha declarado muchas veces, la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer [15]; queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación [16]. Tampoco se pueden invocar como razones válidas, para justificar los actos conyugales intencionalmente infecundos, el mal menor o el hecho de que tales actos constituirían un todo con los actos fecundos anteriores o que seguirán después y que por tanto compartirían la única e idéntica bondad moral. En verdad, si es lícito alguna vez tolerar un mal moral menor a fin de evitar un mal mayor o de promover un bien más grande [17], no es lícito, ni aun por razones gravísimas, hacer el mal para conseguir el bien [18], es decir, hacer objeto de un acto positivo de voluntad lo que es intrínsecamente desordenado y por lo mismo indigno de la persona humana, aunque con ello se quisiese salvaguardar o promover el bien individual, familiar o social. Es por tanto un error pensar que un acto conyugal, hecho voluntariamente infecundo, y por esto intrínsecamente deshonesto, pueda ser cohonestado por el conjunto de una vida conyugal fecunda”. Posteriormente a la publicación de Humanae Vitae han sido muy numerosos los documentos del Magisterio referentes a la utilización de estos fármacos, manifestándose en todos ellos un criterio moralmente negativo con respecto a su uso.
- Es valorar su eficacia, cosa en la que no entramos aquí, aunque indudablemente son eficaces, pues su seguridad oscila alrededor del 99%. Es decir, solamente una mujer de entre 100 se quedaría embarazada a lo largo de un año si utiliza estos fármacos. Aunque naturalmente este índice es variable en función del tipo de contraceptivo usado.
- Determinar si tienen efectos secundarios negativos, que indudablemente los tienen. Entre ellos, probablemente el más frecuente son los problemas tromboembólicos (desarrollo de trombos secundariamente al uso de los referidos contraceptivos).
Es este un problema importante y debatido, pues alrededor del 9% de las mujeres en edad reproductiva utilizan en el mundo contraceptivos.
En relación con ello, se acaba de publicar un importante artículo en la prestigiosa revista médica British Medical Journal (BMJ 2015; 350: h 2135) que aborda el tema del riesgo de problemas tromboembólicos venosos en mujeres que utilizan contraceptivos.
En el trabajo se analizan los casos de tromboembólicos venosos en el Reino Unido, en mujeres de 15 a 49 años entre 2001 y 2013. En total se incluyeron 10.562 casos. Comprobándose que el riesgo de padecer problemas de trombosis venosa, aumenta 2.97 veces con el uso de contraceptivos. Este riesgo varía según el contraceptivo utilizado y así con el desogestrel el riesgo aumentaba 4.28 veces; con el gestodene 3.64 veces; con la drospirenona 4.12 veces; con la cyproterona 4.27 veces y así se siguen dando datos para otros contraceptivos, siempre con un riesgo tromboembólico venoso aumentado.
Los autores concluyen que en este amplio estudio se constata el indudable aumento de riesgo de padecer problemas trombóticos venosos por el uso de contraceptivos, riesgo que es mayor para los de tercera generación, que para los de segunda, circunstancia que indudablemente deberían conocer las mujeres que van a utilizar estos fármacos.
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