El Papa agradece a la diócesis de Turín la acogida recibida
En la catequesis de esta semana, el Santo Padre ha reflexionado sobre las heridas que se producen en la familia que si no se curan a tiempo se agravan y se transforman en resentimiento y hostilidad
Ciudad del Vaticano, 24 de junio de 2015 (ZENIT.org) Rocío Lancho García | 0 hits
A dos días de su viaje a Turín, el santo padre ha congregado, como cada miércoles, a miles de personas para la audiencia general. Así, ha aprovechado la ocasión para dar las gracias a los fieles de la diócesis de Turín, donde viajó el pasado domingo y lunes.
Francisco prosigue con sus catequesis sobre la familia, esta semana se ha centrado en las “heridas que se producen en la misma convivencia familiar”. Como cada miércoles, el Papa ha llegado a la plaza de San Pedro montado en el jeep descubierto, y ha pasado por los pasillos saludando a los fieles allí congregados, para poder saludarle y verle de cerca. Agitando sus banderas e inmortalizando el paso del Pontífice, los peregrinos mostraban su entusiasmo y acercaban a los más pequeños hasta el papa móvil para que recibieran la bendición de Francisco.
En el resumen hecho en español sobre la catequesis, el Papa ha indicado que “en la catequesis de hoy reflexionamos sobre las heridas que se producen en la misma convivencia familiar. Se trata de palabras, acciones y omisiones que, en vez de expresar amor, hieren los afectos más queridos, provocando profundas divisiones entre sus miembros, sobre todo entre el marido y la mujer”. Asimismo ha señalado que “si estas heridas no se curan a tiempo se agravan y se transforman en resentimiento y hostilidad, que recae sobre los hijos”.
Cuando los adultos pierden la cabeza --ha señalado-- y cada uno piensa en sí mismo; cuando los padres se hacen daño, el alma de los niños sufre marcándolos profundamente. En la familia está todo entrelazado. Por otro lado, el Santo Padre ha recordado que “los esposos son una sola carne, de tal manera que todas las heridas y abandonos afectan a la carne viva que son sus hijos. Así se entienden las palabras de Jesús sobre la grave responsabilidad de custodiar el vínculo conyugal, que da origen a la familia”. Del mismo modo, ha advertido que en algunos casos la separación es inevitable, precisamente para proteger al cónyuge más débil o a los hijos pequeños. “Pero no faltan los casos en los que los esposos, por la fe y el amor a los hijos, siguen dando testimonio de su fidelidad al vínculo en el que han creído”, ha concluido.
A continuación, el Santo Padre ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. “Pidamos a la Virgen María que interceda por nuestras familias, especialmente por los que pasan por dificultades, para que sepan superar y sanar siempre las heridas que causan división y amargura”, ha indicado.
Para finalizar, tras los saludos en las distintas lenguas, el Santo Padre ha dirigido un saludo especial a los jóvenes, los enfermos y los recién casados, recordando que hoy celebramos el nacimiento de san Juan Bautista. A los jóvenes, les ha animado a que su radicalidad evangélica les empuje a elecciones valiente por el bien. A los enfermos les ha invitado a que su fortalezca les sostenga en el “llevar la cruz en unión espiritual con el corazón de Cristo”. Finalmente, a los recién casados, les ha invitado a que su unión con el Cordero les ayude a unir en el amor su familia.
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