La pieza se estrenó el 10 de junio en la Iglesia del Jesús en Roma, la más importante de los jesuitas, bajo el nombre “Missa Papae Francisci anno duecentesimo a societate restituta” para doble coro y orquesta, y fue ejecutada por la orquesta “Roma Sinfonietta” y el doble coro de la Academia de Santa Cecilia y del Teatro de la Ópera.
Cientos de personas se congregaron para escuchar la música de Morricone, conocido mundialmente por ser el compositor de la banda sonora de cientos de películas como “La Misión”, “Cinema Paradiso”, o “El bueno, el feo y el malo”.
Aunque su repertorio es más que numeroso, esta es la primera Misa que compone el autor. Desde hacía años su mujer le pedía que probara con este género musical, pero no fue hasta conocer al rector de la iglesia del Jesús, el sacerdote jesuita Daniele Libanori, que se decidió a escribir esta pieza de música sacra.
“Lo que más me impresionó de este encargo es que yo escribí la música de la película 'La Misión', la cual cuenta la historia de los jesuitas de Sudamérica, los cuales fueron suprimidos... ¿Cuántas coincidencias verdad? De algún modo yo participé en su disolución, y ahora participo en el 200 aniversario de su reconstitución. Y además con el Papa, el único jesuita hasta ahora... Así que le he dedicado esta música. ¡Es increíble! Encuentro en todos esto coincidencias que definiría casi milagrosas”, explicó Morricone a Radio Vaticana.
Morricone define la pieza musical creada para el Papa como “una pieza serena”, con el objetivo de demostrar el alivio de la Compañía tras su restitución. En efecto, la supresión de los jesuitas se remonta al año 1773, cuando por razones políticas, los reyes de Francia, España, Portugal y de las Dos Sicilias exigieron al Papa la desaparición de los jesuitas.
Clemente XIV cedió a las fuertes presiones y mediante el breve Dominus ac Redemptor suprimió la Compañía de Jesús. Cuarenta años después, en medio de los efectos causados por la Revolución francesa, las guerras napoleónicas y de independencia en la América Hispánica, el Papa Pío VII decidió restaurar a los jesuitas.
A la pregunta de si para escribir una Misa es necesario tener fe, Morricone respondió que “a lo largo de la historia, los músicos tienen fe en su invocación a Dios. Que la confiesen o no, no lo sé”. “Ha sido una prueba, estoy contento. No lo consideraba un desafío, cada cosa que hago siempre es un examen conmigo mismo además de con quien me escucha”, dijo.
Por su parte, el Superior General de la Compañía de Jesús, el sacerdote español Adolfo Nicolás Pachón, entregó al final del concierto al maestro Morricone un sello de la iglesia del Jesús, considerada la iglesia madre de los jesuitas de todo el mundo.
“Siempre ha habido un diálogo entre la Iglesia, el arte, y la Compañía de Jesús”, dijo.
A lo largo de su carrera, Morricone ha vendido más de 70 millones de discos. Ha recibido dos premios Grammy, dos Globos de Oro, cinco BAFTA, diez David de Donatello, once Nastro d'argento y el Premio de Música Polar en 2010, considerado este último como el “Nobel de la música”.
En 2007, recibió el Oscar honorífico por sus magníficas y polifacéticas contribuciones en el arte de la música de cine, además de ser nominado a los premios de la Academia cinco veces en la categoría de mejor banda sonora original.
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