La Iglesia y las personas homosexuales
“Sabiendo que en otros ámbitos de su vida viven vidas virtuosas, y que conocen la doctrina, ¿podemos decir que están todos equivocados, porque no sienten, en su conciencia, que sus relaciones son pecaminosas? ¿Y cómo podemos nosotros actuar pastoralmente para que estas personas se sientan, en el modo en que ellos viven, llamados por Dios a una vida afectiva sana y que produzca frutos?”, preguntó al Pontífice el jesuita João (identificado así), quien trabaja en un centro universitario en Coimbra.
“Yo creo —respondió el Papa Francisco —que sobre la llamada a ‘todos’ no hay discusión. Jesús en eso es muy claro: todos. No quisieron venir a la fiesta los elegidos. Entonces él insta a salir a los cruces de los caminos e invitar a todos, todos, todos. Y para que sea claro, Jesús dice ‘sanos y enfermos’, ‘justos y pecadores’, todos, todos, todos. En otras palabras, abrir la puerta a todos, todos tienen lugar en la Iglesia. ¿Cómo va a vivir eso cada uno? Ayudémoslos a vivir de modo que ese lugar sea uno de madurez para ellos, para todo tipo de personas”.
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