“En el hospital, sobre todo durante la pandemia, aunque los enfermos estaban solos se podía sentir mucha paz, y eso es por los ángeles de la guarda”; Estas son las palabras del P. Iñaki Gallego, uno de los capellanes del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (España).
El sacerdote, también párroco de Santa María de Silencio -una parroquia para sordos y ciegos-, y capellán del colegio Santísimo Sacramento de Madrid, habló con ACI Prensa acerca de la importancia del ángel de la guarda en los últimos momentos en la vida terrenal.
El P. Iñaki, que se ordenó hace 17 años, contó que puede llegar a administrar mil unciones al año. “Hay unos casos más comunes, donde la persona es mayor e incluso ya quiere irse al cielo, pero también hay casos más duros con niños, jóvenes o gente que se muere sola”.
Sin embargo, el sacerdote explicó que los enfermos nunca están solos, ya que cuentan con la compañía del ángel de la guarda, quienes están “en las situaciones vitales más duras”.
“Dios es Padre y quiere que muramos en paz, por eso nos envía a sus ángeles de la guarda, quienes dan paz en los últimos momentos”, explicó el sacerdote.
Además señaló que la familia, los sacerdotes y médicos “también son una especie de ángeles” que acompañan al enfermo, por eso los ángeles de la guarda suelen estar al lado del que está solo, de aquel enfermo que no tiene a quien agarrarse.
“El ángel de la guarda sabe cuándo tiene que estar a nuestro lado. Se sabe retirar y colocar cuando hace falta”, explicó.
El P. Iñaki contó que hay alrededor de 800 enfermos en el hospital, donde la presencia del ángel de la guarda se siente “en las situaciones más duras”.
“El ángel de la guarda acompaña también a los médicos, enfermeros, sacerdotes y voluntarios. Nos llevan hasta sitios y personas que no nos esperábamos. Siempre acabo en un momento necesario en el sitio indicado, cerca de un enfermo que justo necesitaba un sacerdote”, señaló.
“Dios lo hace a través de nuestros ángeles de la guarda, nos lleva a los lugares donde nos necesita sin haberlo planeado”.
El P. Iñaki también señaló que existen muchas ocasiones en las que el enfermo alarga su agonía debido a que está esperando a alguien de su familia y la ayuda de un sacerdote. “Muchas veces nos han llamado porque se sabe que la persona está esperando algo. Nos acercamos a esa persona, le damos la Unción y a los minutos mueren en paz”.
“Eso nos ha pasado bastantes veces, y los ángeles de la guarda son los que lo hacen posible”, defendió el sacerdote.
“El ángel de la guarda nos tiene que dar paz igual que a Cristo en el huerto de los olivos. En la pandemia estaban tan solos los enfermos que hacíamos lo que podíamos. Había muchos enfermos aislados pero aun así se sentía paz en medio de tanto sufrimiento”, explicó.
“Tienes paz de saber que esa persona no va a morir sin consuelo, siempre que el ángel esté a su lado. Es una de las maneras que Dios tiene de llegar a las personas que estamos solos. También los ángeles están ahora con los que sufren la guerra de Ucrania”.
Además, defendió que “el ángel está aunque no se le llame”, aunque también “hay que pedir al Señor que nos cuide si estamos asustados, y Dios hará lo posible por socorrerte. Él da sentido a nuestra angustia y nos hace vivir con trascendencia el sufrimiento y darle un significado salvífico”.
También explicó que “Dios no se salta la libertad del hombre. Sabiendo que vamos a equivocarnos nos avisa y nos lo dice, pero nunca nos pone cadenas. Por eso los ángeles no pueden asistir cuando uno de verdad no quiere”.
“Pero Dios es el único que nos puede juzgar, y el único que nos conoce realmente. Si hablas y pides también a la Virgen María, ella intercederá para que su hijo te envíe los ángeles para que te cuiden”, defendió.
“Es el Padre el que se encarga de mandarte la ayuda y lo hace gracias a la intercesión de la Virgen María y el Espíritu Santo. Con los ángeles de la guarda se hace física su ayuda, llevando la paz al enfermo o aquel que lo necesita”, concluyó el sacerdote.
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