En la rueda de prensa que concedió este lunes 6 de diciembre, en el vuelo de retorno de Atenas a Roma, el Papa Francisco explicó las razones por las cuales aceptó la renuncia anticipada de Mons. Michel Aupetit, al cargo de Arzobispo de París (Francia).
El 2 de diciembre, el mismo día en que iniciaba su viaje apostólico a Chipre y Grecia, el Santo Padre aceptó la renuncia de Mons. Aupetit, quien tiene 70 años de edad.
Según el Código de Derecho Canónico, un obispo renuncia al cargo de manera ordinaria cuando cumple 75 años de edad, y de manera extraordinaria por alguna causa grave, como cuestiones relacionadas a la salud que le impiden proseguir su ministerio.
En la rueda de prensa de hoy, la periodista Cécile Chambraud del diario francés Le Monde preguntó al Papa por las razones de la aceptación de la renuncia, y por qué se aceptó “con tanta prisa”, considerando que el Arzobispo puso su cargo a disposición el 26 de noviembre.
Al comenzar su respuesta, el Santo Padre dijo: “Me pregunto ¿qué hizo Aupetit que fuera tan grave como para tener que dimitir? ¿Qué hizo? Que alguno me responda”, a lo que la periodista contestó “no lo sé”.
“Si no conocemos la acusación, no podemos condenar. ¿Cuál era la acusación? ¿Quién la sabe? Es feo ¿eh?”, cuestionó el Pontífice.
“Antes de contestar, yo diré: hagan la investigación porque existe el peligro de decir: fue condenado, ¿pero quién lo condenó? La opinión pública, las habladurías. ¿Pero qué hizo? No lo sabemos. Si ustedes saben por qué, díganlo, por el contrario, yo no puedo responder”, dijo el Papa.
“Ustedes sabrán por qué, porque fue una falta de él, una falta contra al sexto mandamiento (No cometerás actos impuros), no total, sino pequeñas caricias, de masajes que dio a su secretaria, esa es la acusación”, explicó Francisco.
Antes de la presentación de su renuncia, Mons. Aupetit dirigió un mensaje al diario Le Point, que publicó un correo electrónico de 2012 que el ahora Arzobispo Emérito envió a una mujer amiga suya, cuando él era vicario de la Arquidiócesis de París.
En el mensaje el Arzobispo reconocía que “mi comportamiento respecto a ella pudo ser ambiguo, sugiriendo así la existencia entre nosotros de una relación íntima y relaciones sexuales, cosa que desmiento con fuerza”.
Sobre la situación, el Papa Francisco dijo en la rueda de prensa que “esto es un pecado. Pero no es uno de los más graves ¿eh?, porque los pecados de la carne no son los más graves. Los pecados más grandes son aquellos que tienen más ‘angelicalidad’, la soberbia, el odio, estos son más graves. Aupetit es pecador, como soy yo” o “como fue Pedro, el obispo sobre el que Jesucristo fundó la Iglesia”.
“¿Cómo puede ser que la comunidad de ese tiempo había aceptado a un obispo pecador? Y eso era un pecado con mucha ‘angelicalidad’ como es el negar a Cristo ¿no?”, preguntó el Santo Padre.
El Papa Francisco explicó que aquella “era una Iglesia normal, estaba acostumbrada a sentirse pecadora todo el tiempo, una Iglesia humilde. Se ve que nuestra Iglesia no está acostumbrada a tener un obispo pecador. Pretendemos decir que mi obispo es un santo. No. Esto es caperucita roja. Todos somos pecadores”.
“Cuando las habladurías crecen, crecen, aquel hombre no podrá gobernar, porque le quita la fama, no por su pecado, que es pecado, como el de Pedro, como el mío, como el tuyo, es pecado. Pero por las habladurías de las personas responsables de contar el asunto”.
“A un hombre que le han quitado la fama así públicamente, no puede gobernar, y esto es una injusticia y por eso acepté la renuncia de Aupetit, no en el altar de la verdad, sino en el altar de la hipocresía”, concluyó el Papa.
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