Este 3 de diciembre, fiesta de San Francisco Javier, patrono de las Misiones, la Iglesia Católica en Vietnam recibió un gran regalo: la ordenación de 38 nuevos sacerdotes que brindarán su servicio pastoral en el país.
En la Diócesis de Ba Ria, al sur del país, el obispo de la diócesis, Mons. Emmanuel Nguyen Hong Son, presidió la Misa de ordenación de 6 sacerdotes jesuitas en la capilla de la Academia de San José.
“No estamos dando a estos candidatos un título de poder. Seguimos el rito litúrgico transmitido desde los tiempos de los Apóstoles a la Iglesia de hoy y de siempre. El sacerdocio es una gracia y una misión para ellos, para llevar a cabo el ministerio sacerdotal de Jesús”, señaló el Prelado en su homilía.
Según señaló la agencia vaticana Fides, Mons. Nguyen Hong Son animó a los fieles a orar “para que los nuevos sacerdotes vivan la misión profética, al predicar la Palabra de Dios” a todo el mundo.
Por su parte, en la Arquidiócesis de Hanoi, la Iglesia también dio la bienvenida a 15 nuevos sacerdotes.
El Arzobispo de Hanoi, Mons. Joseph Vu Van Thien, indicó que “inspirados por la vida, el ejemplo de compromiso misionero y sacrificio de San Francisco Javier y confiado en su intercesión”, los 15 nuevos sacerdotes “han pensado, orado, meditado y resuelto seguir a Jesús en el ministerio sacerdotal”.
“Que los nuevos sacerdotes se conviertan en hábiles cosechadores, deseosos de salir al campo para llevar las almas a Dios”, agregó.
Mons. Vu Van Thien indicó que quién recibe el ministerio sacerdotal participa en “el sacerdocio de Jesús, que es único, y es como un río que fluye en la historia de la Iglesia”, un flujo que ha comunicado la fe y el sacerdocio de Jesús a través de los apóstoles hasta los obispos y sacerdotes actuales.
“El carácter misionero es muy importante: los sacerdotes están llamados a ser misioneros, enviados a la corriente de la vida para difundir la Palabra de Dios, dando testimonio de Jesucristo con su vida y reuniendo a las ovejas perdidas”, remarcó.
El Obispo de la Diócesis de Lang Son, Mons. Joseph Chau Ngoc Tri, presidió la Misa de consagración de otros nueve sacerdotes, donde remarcó que la misión de los consagrados es predicar “a Jesucristo, el amor de Dios y su salvación para toda la humanidad”.
“Para ser sacerdote y misionero como San Francisco Javier, hay que tener el corazón inflamado por la pasión de la misión evangelizadora”, agregó.
Mons. Chau Ngoc Tri recordó que el sacerdocio “no es un poder para gobernar, ni un cargo para beneficiarse a sí mismo o a su familia” y resaltó que los nuevos consagrados “escucharon la llamada de Dios para venir a esta remota zona montañosa, lejos de amigos y familiares, para servir al pueblo de Dios aquí”.
“Lang Son es una zona pobre en la que la mayoría de los grupos étnicos hablan distintas lenguas y siguen antiguas prácticas culturales o religiosas. A pesar de estas dificultades, los nuevos sacerdotes, inspirados por misioneros como San Francisco Javier, están plantando las semillas de la fe sin miedo ni desánimo”, agregó.
Fides indicó que Lang Son es una de las diócesis de Vietnam con menor porcentaje de católicos, con 7 mil fieles repartidos en 24 parroquias, un 0.35% de la población que contrasta con el 8% de población católica a nivel nacional.
El 3 de diciembre, la Diócesis de KonTum, en el altiplano central de Vietnam, también recibió a ocho sacerdotes y nueve diáconos.
En su homilía, el Obispo de KonTum, Mons. Aloisio Nguyen Hung Vi, destacó que “todos los sacerdotes y diáconos necesitan cuatro cosas: cercanía a Dios; cercanía al obispo; cercanía a los miembros del clero; cercanía al pueblo de Dios”.
“La particularidad de la diócesis de KonTum es que las personas de diferentes etnias y lenguas representan más de dos tercios del total de los fieles. Por ello, los diáconos y los sacerdotes deben estar preparados para ir a las parroquias habitadas por indígenas con dialectos locales y aprender al menos una de sus lenguas para poder comunicarse y hacerse entender”, agregó.
El Prelado animó a los nuevos sacerdotes a predicar el Evangelio, “guiar a los fieles a vivir la Palabra de Dios, cuidar de la comunidad parroquial” y recordó que como consagrados “son vistos como los líderes de la comunidad”.
“Pero un líder al estilo de Jesús debe ser completamente diferente. Un servidor del pueblo, que vive la caridad pastoral a ejemplo de Jesús”, agregó.
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