El Papa Francisco solicitó a los juristas católicos proteger los derechos de los más débiles, entre ellos, los niños no nacidos y las personas al final de su vida.
Así lo dijo el Santo Padre este 10 de diciembre al recibir a los participantes del 70º Congreso nacional de estudio de la Unión italiana de juristas católicos que se está llevando a cabo en el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma del 9 al 11 de diciembre.
El Pontífice recordó a los juristas católicos que están llamados a “afirmar y proteger los derechos de los más débiles” dentro de un sistema económico y social que “de hecho excluye sistemáticamente a los que no tienen voz”.
En concreto, el Santo Padre advirtió que “los derechos de los trabajadores, de los migrantes, de los enfermos, de los niños no nacidos, de las personas cerca de la muerte y de los más pobres son cada vez más descuidados o negados en esta cultura del descarte”.
Ante esto, el Papa indicó que “el papel del jurista católico, cualquiera que sea su función, como consultor, abogado o juez, es, por tanto, el contribuir a la protección de la dignidad humana de los débiles afirmando sus derechos. De este modo, contribuye a la afirmación de la fraternidad humana y a no desfigurar la imagen de Dios impresa en cada persona”.
“Los que no tienen capacidad de gastar y consumir parecen no valer nada. Pero negar los derechos fundamentales, negar el derecho a una vida digna, a los cuidados físicos, psicológicos y espirituales, a un salario justo, es negar la dignidad humana. Lo estamos viendo: cuántos jornaleros son -perdón por la palabra- ‘utilizados’ para recoger fruta o verdura, y luego se les paga miserablemente y se les echa, sin ninguna protección social”, advirtió el Papa.
Por ello, el Santo Padre subrayó que “reconocer los derechos en principio y garantizarlos en la práctica, protegiendo a los más débiles, es lo que nos hace humanos. De lo contrario, nos dejamos dominar por la ley del más fuerte y damos rienda suelta al abuso”.
Finalmente, el Papa sugirió a los juristas católicos el testimonio del Beato Rosario Livatino y los encomendó a la Virgen de Loreto y a San José “para que los apoyen en su compromiso”, mientras que les aseguró que los acompaña con su oración y bendición.
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