El Papa Francisco señaló que la Navidad es “la fiesta de la confianza y la esperanza” por lo que invitó a pedir a la Virgen María y a San José que “nos ayuden a vivir así la Navidad”.
Así lo indicó el Santo Padre este 10 de diciembre al recibir en el Vaticano a las delegaciones que donaron los pesebres de la plaza San Pedro y del Aula Pablo VI y del árbol en la plaza vaticana.
“La Navidad, es la fiesta de la confianza y la esperanza. El motivo de la esperanza es que Dios está con nosotros, confía en nosotros y nunca se cansa de nosotros. Y Él no se cansa de perdonar: somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Viene a morar con los hombres, elige la tierra como morada para estar con nosotros y asumir las realidades donde pasamos nuestros días. Esto es lo que nos enseña el pesebre”, dijo el Papa.
En esta línea, el Pontífice describió que “en Navidad, Dios se revela no como el que está en lo alto para dominar, sino como el que se abaja, pequeño y pobre, compañero de viaje, para servir: esto significa que para parecerse a Él el camino es el del abajamiento, el del servicio”.
“Para que sea verdaderamente Navidad, no olvidemos esto: Dios viene a estar con nosotros y nos pide que cuidemos a nuestros hermanos, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más frágiles, a los que la pandemia amenaza con marginar aún más. Así es como vino Jesús, y el pesebre nos lo recuerda”, advirtió.
En esta línea, el Papa invitó no dejar que la Navidad “se contamine con el consumismo y la indiferencia” porque “sus símbolos, especialmente el pesebre y el árbol decorado, nos devuelven a la certeza que llena de paz nuestros corazones, a la alegría de la Encarnación, al Dios que se hace familiar: vive con nosotros, da un ritmo de esperanza a nuestros días”.
“El árbol y el pesebre nos introducen en el típico ambiente navideño que forma parte del patrimonio de nuestras comunidades: un ambiente de ternura, de compartir y de intimidad familiar. No vivamos una Navidad falsa, por favor, ¡una Navidad comercial! Dejémonos envolver por la cercanía de Dios, esa cercanía que es compasiva, que es tierna; envueltos por el ambiente navideño que el arte, la música, las canciones y las tradiciones traen a nuestros corazones”, alentó el Papa.
Enseñanza del pesebre andino
Asimismo, el Santo Padre saludó a la delegación peruana de Huancavelica, departamento de Chopcca, presidida por su Obispo, Mons. Carlos Salcedo Ojeda.
Al comentar la belleza del pesebre andino colocado en la plaza San Pedro del Vaticano para esta Navidad, el Santo Padre explicó “que los personajes del pesebre, realizados con materiales y ropas característicos de la zona, representan a los pueblos de los Andes y simbolizan la llamada universal a la salvación”.
“Jesús vino a la tierra en la concreción de un pueblo para salvar a todo hombre y mujer, de todas las culturas y nacionalidades. Se hizo pequeño para que pudiéramos acogerlo y recibir el don de la ternura de Dios”, destacó el Papa.
En el grupo de personas que estuvieron en audiencia con el Papa también estuvo presente el artista peruano Manuel Breña Martínez. Al finalizar, Breña señaló “me encuentro muy emocionado además de traer el cariño, el amor de todo nuestro pueblo de Huancavelica” porque se trata de un “trabajo que se ha realizado en conjunto con muchos artesanos”.
Sobre el pesebre andino, el artista peruano Manuel Breña Martínez destacó que “se representa a la Virgen, al Niño Jesús y a San José, con el vestuario Chopcca para promocionar la textilería que hay en nuestros pueblos” y añadió que “es un trabajo artesanal que quiere hacer llegar el cariño profundo de nuestro pueblo Chopcca”.
Por su parte, el sacerdote peruano del Colegio Pío Latinoamericano, P. Juan Bytton SJ, explicó que el cóndor, uno de los personajes presentes en el pesebre andino colocado en la plaza vaticana, “es un ave típica de Los Andes peruanos y es un símbolo patrio”.
“El cóndor y todo el nacimiento representan esa presencia viva de Jesús en la vida de los pueblos. Cómo la Palabra de Dios es capaz de encarnarse en cada cultura. Más aún en las fronteras, en las alturas, en los lugares quizás más remotos, visto desde el centro, allí está Dios, desde allí viene a salvar al mundo entero, allí está hablando a través de su propia gente, cultura, medioambiente, desarrollo humano y espiritual”, añadió P. Bytton.
Finalmente, el presbítero que participó en la audiencia con el Papa subrayó que el hecho que una delegación de Perú esté estos días en el Vaticano “es una alegría muy especial porque se da en el marco también de un acontecimiento complejo como es la pandemia. Poder llegar hasta Roma y traer peruanidad para el mundo es algo que no se puede verbalizar sino en gestos de alegría y sobre todo esperanza”.
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