Este jueves 23 de septiembre y tras casi un mes hospitalizado a causa del COVID-19, falleció a los 79 años el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas (Venezuela).
El Arzobispo Emérito de Caracas no es el primer Cardenal que fallece a causa del COVID-19. En enero de 2021 murió a causa de la enfermedad el Cardenal Eusébio Oscar Scheid, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro (Brasil), a los 88 años, con una fuerte neumonía por coronavirus.
La noticia del fallecimiento del Cardenal Urosa la dio a conocer el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas.
“Muy queridos venezolanos. Tengo que darles la noticia de la muerte de mi querido hermano el Cardenal Jorge Urosa Savino, quien después de larga enfermedad y convalecencia ha entregado su espíritu al Señor”, dijo el Cardenal Porras en un video mensaje en la cuenta de Twitter de la Arquidiócesis de Caracas.
“Pido a todos una oración por su eterno descanso que enluta a la Iglesia venezolana y a la Iglesia universal. Próximamente estaremos dando detalles de lo que tendremos que hacer desde la Iglesia de Caracas, de Valencia y de toda Venezuela para unirnos en este momento de dolor y de luto”, continuó.
“Descanse en paz nuestro querido hermano, el Cardenal Jorge Urosa Savino”, concluyó el Purpurado venezolano.
El Cardenal Urosa fue hospitalizado el 27 de agosto, tras dar positivo a COVID-19.
Al día siguiente, “ante la eventualidad de tener que pasar a terapia intensiva por un agravamiento de mi situación”, el Cardenal Urosa escribió un mensaje haciendo “una breve declaración de amor a Dios y amor a la Iglesia, y de amor al pueblo de Venezuela”.
En su mensaje, el Cardenal Urosa aseguró que “me siento inmensamente feliz de haber sido sacerdote” y pidió “perdón a Dios y a todos mis hermanos por las faltas que haya podido haber cometido, especialmente por las faltas de omisión”.
“También expreso mi gran afecto al pueblo venezolano y mi entrega absoluta a su libertad, a sus instituciones, a la defensas de los derechos del pueblo frente a los atropellos que hayan cometido por parte de los gobiernos nacionales”, manifestó.
“Espero que Venezuela salga de esta situación tan negativa”, añadió.
El Cardenal Jorge Urosa Savino nació el 28 de agosto de 1942, en el día de la fiesta de San Agustín.
Estudió Filosofía en el Seminario Interdiocesano de Caracas; y Teología en el Seminario de San Agustín de Toronto (Canadá) entre 1962 y 1965.
Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1967, en la fiesta de la Asunción de la Virgen María, y se incardinó en la Arquidiócesis de Caracas.
Obtuvo el doctorado en Teología Dogmática en 1971 en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Fue profesor y rector del Seminario San José de Caracas; rector del Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima, también en la capital venezolana. Fue además presidente de la Organización Latinoamericana de Seminarios y vicario general de la Arquidiócesis de Caracas.
El Papa San Juan Pablo II lo designó Obispo Auxiliar de Caracas el 3 de julio de 1982, recibiendo la consagración episcopal el 22 de septiembre del mismo año, con el título de Vegesela in Bizacena. Tenía 40 años.
El 16 de marzo de 1990 fue designado Arzobispo de Valencia, arquidiócesis ubicada en el estado noroccidental de Carabobo, en la que sirvió durante 15 años.
El 19 de septiembre de 2005 fue nombrado Arzobispo de Caracas, sede de la que tomó posesión el 5 de noviembre siguiente.
El Papa Benedicto XVI lo creó cardenal presbítero en el consistorio del 24 de marzo de 2006, con el título de Santa María in Monti.
En mayo de 2007 participó como representante de los obispos venezolanos en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe en Aparecida, Brasil.
También asistió al Sínodo de los Obispos sobre la Familia en octubre de 2015, evento en el que se destacó por su firme defensa de la doctrina católica.
En su intervención en el Sínodo, el Cardenal Urosa alentó a los padres sinodales a no olvidar las enseñanzas de Jesús y la Iglesia al discutir la posibilidad de que los divorciados en nueva unión puedan recibir el sacramento de la Eucaristía.
El Purpurado venezolano también fue uno de los 13 cardenales que enviaron una carta al Papa Francisco, en la que denunciaron las presiones ideológicas de algunos que buscaban cambiar la doctrina respecto al acceso a la Comunión para divorciados.
El Papa Francisco aceptó su renuncia como Arzobispo de Caracas el 9 de julio de 2018, luego de haber superado los 75 años, la edad de retiro para los obispos.
Aunque por ser arzobispo emérito no asistió al Sínodo de la Amazonía realizado en Roma en octubre de 2019, fue uno de los más críticos a algunos de los temas que algunos buscaban impulsar como la posibilidad de tener sacerdotes casados o diaconisas, y el fin del celibato.
Entre septiembre y octubre escribió varios artículos en los que recordó la importancia del celibato sacerdotal y destacó la importancia del anuncio de Cristo y su Evangelio en la Amazonía.
Escribió diversos libros como "La Venezuela del futuro, un reto a la Iglesia", "El progreso y el Reino de Dios en Teilhard de Chardin", obra que fue su tesis doctoral, "Jesucristo, Camino, Verdad y Vida", y “Jesucristo luz del mundo” en el que están muchas de sus homilías.
Fue un agudo crítico del régimen socialista de Hugo Chávez, lo que le valió más de un ataque público por parte del fallecido mandatario; y también del de Nicolás Maduro, a quien solicitó públicamente y en reiteradas ocasiones, junto a los obispos de Venezuela, que deje el poder y convoque a elecciones justas y democráticas.
Alentó y promovió durante varios años la causa del Dr. José Gregorio Hernández, el médico de los pobres, que fue beatificado el 30 de abril de 2021.
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