El Santuario de Nuestra Señora de Fátima (Portugal) ha aumentado la ayuda a la comunidad local, a pesar de la reducción de sus ingresos por la falta de peregrinos debido a la pandemia de coronavirus.
El 18 de noviembre, la directora de Comunicaciones del santuario, Carmo Rodeia, indicó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI- que el bajo número de peregrinos ha tenido “un impacto profundo en las donaciones”, con una caída del 47%.
Durante la pandemia, el santuario continuó con sus celebraciones litúrgicas y los rosarios por medio de transmisiones en vivo, sin embargo, se vio obligado a cerrar sus puertas a los peregrinos entre marzo y mayo de este año.
Rodeia indicó que en octubre, uno de los dos meses más concurridos del año, el santuario mariano pudo recibir a seis mil personas con mascarillas y distanciamiento social en su plaza central, un número mucho menor de lo habitual.
La directora de Comunicaciones señaló que en octubre de 2019 el santuario tuvo 733 grupos de peregrinos, 559 de los cuales eran extranjeros, en comparación a este año, donde solo 20 grupos han visitado el santuario.
Además, resaltó que en noviembre las medidas contra la propagación del coronavirus se endurecerán en Portugal, con toque de queda el fin de semana a partir de la 1:00 p.m. hasta las 5:00 a.m., lo que obligaría al santuario ofrecer solo una Misa los domingos.
Rodeia indicó que, a pesar de la pérdida de ingresos, el santuario mantuvo el contrato de sus 300 empleados y señaló que tuvieron que ser creativos con las tareas laborales y utilizar una “administración responsable” para mantener a todos trabajando.
Asimismo, resaltó que la ayuda a la comunidad local ha aumentado, con un crecimiento de la asistencia social del 60% en 2020.
El santuario brinda ayuda a la ciudad de Fátima y a las iglesias necesitadas en todo el mundo, especialmente a las dedicadas a Nuestra Señora de Fátima, dijo Rodeia.
Explicó que la pérdida de peregrinos afectó a toda la comunidad, ya que los lugareños dependen de los visitantes para su trabajo y sustento. Muchos hoteles y restaurantes en la ciudad de alrededor de 12 mil habitantes han cerrado, lo que ha dejado mucha gente sin trabajo. Las personas necesitadas “vienen al santuario y el santuario los apoya”, indicó.
En agosto de 2023 está prevista la celebración de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en la capital portuguesa, Lisboa. Con Fátima a poco menos de 128 kilómetros de distancia, es probable que haya una gran cantidad de jóvenes católicos que hagan un viaje al lugar de la aparición mariana, dando al santuario y a su comunidad algo que esperar mientras resisten la crisis actual.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
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