Becciu denuncia a diario: Abogados aseguran que dañaron su condición de papable

El Cardenal Giovanni Angelo Becciu, apartado de la Curia Vaticana por el Papa Francisco y obligado a renunciar a sus derechos cardenalicios por una serie de presuntos actos de corrupción, ha denunciado ser víctima de una persecución periodística la cual, según sus abogados, habría tenido como consecuencia privarle de su condición de papable en un futuro cónclave.

En un editorial, la revista italiana L’Espresso informó ayer que el Cardenal Becciu presentó una denuncia en los juzgados italianos contra la publicación por difamación. La denuncia fue confirmada por el Purpurado en un comunicado emitido también el 18 de noviembre.

“L’Espresso es acusado de condicionar no solo al Papa en el cargo, sino también al Espíritu Santo que podría haber elegido a Becciu como su sucesor”, se indica en el editorial.

 

El Cardenal reclama a la publicación 10 millones de euros en compensación por los perjuicios causados por las informaciones difundidas por L’Espresso. Los abogados de Becciu justifican su denuncia contra la revista porque “una copia de L’Espresso estaba en la mano del Santo Padre en el momento de su ‘despido’” como prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos el 24 de septiembre.

Los abogados de Becciu también argumentan que la información, según ellos difamatoria, publicada por L’Espresso ha privado al cardenal “de la efectiva ocasión de conseguir un determinado bien”, como era la posibilidad de que el Cardenal “sobre la base de su prestigioso curriculum y en virtud del citado recorrido, bien podría haber estado entre los papables”.

“Para el cardenal Becciu, el romano pontífice, sucesor del apóstol Pedro, vicario de Cristo, sería una persona sugestionable, influenciable, fácil de condicionar hasta el punto de que basta un artículo periodístico para contrarrestar el juicio sobre un hombre de su confianza”, señala L’Espresso.

Las acusaciones contra el Cardenal Becciu

El Cardenal Becciu renunció el 24 de septiembre a los derechos del cardenalato y a su puesto de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos al trascender que entregó a sus hermanos importantes sumas de dinero procedentes del Óbolo de San Pedro (el fondo del Santo Padre destinado a obras de caridad).

Además, varias informaciones le atribuyen maniobras financieras de dudosa ética y legalidad durante el tiempo en que fue sustituto de la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018.

Esas maniobras financieras se refieren al empleo de 300 millones de dólares entre 2014 y 2018, procedentes de la Secretaría de Estado, para comprar un inmueble de lujo en la Sloane Avenue de Londres a través de una serie de intermediarios que se habrían lucrado ilícitamente con la operación.

Becciu también habría solicitado al Instituto de Obras de Religión (IOR) un préstamo sin justificar de 150 millones de euros, y otro préstamo de 200 millones de euros al banco suizo BSI para la operación londinense.

Para ocultar el rastro de la operación el Cardenal Becciu habría intentado disfrazar los préstamos en los balances del Vaticano cancelándolos contra el valor de la propiedad londinense.

El presunto intento de ocultar los préstamos fuera de los libros fue detectado por la Prefectura para la Economía, entonces dirigida por el Cardenal George Pell.

El Cardenal Pell planteó entonces una auditoría externa sobre todos los departamentos del Vaticano a cargo de la firma PriceWaterhousCooper. Becciu, de forma unilateral, canceló la auditoría y lo anunció a todos los departamentos del Vaticano.

Hace unas semanas trascendió que Becciu habría enviado 700.000 euros a Australia durante el juicio contra el Cardenal Pell por abusos sexuales. En un primer fallo fue declarado culpable, sin embargo, en su apelación fue declarado inocente por el Tribunal Supremo de Australia.

En su comunicado del 18 de noviembre, Becciu niega que hubiera interferido en el juicio y se refiere a la información como el “fantasioso complot contra el Cardenal Pell con injerencias ilícitas directas para condicionar su proceso. Todo falso”.

Además, el Cardenal Becciu realizó un envío de medio millón de euros de la Secretaría de Estado durante cuatro años a la ciudadana italiana residente en Cerdeña, Cecilia Marogna.

Cecilia Marogna, que se autodefine como analista geopolítica, fue arrestada el 13 de octubre por las autoridades financieras italianas después de que una orden de captura fue emitida por el Vaticano a través de la Interpol.

Marogna ha dicho que trabajó para la Secretaría de Estado de la Santa Sede como consultora de seguridad y estrategia, y admitió que recibió cientos de miles de euros del Vaticano a través de su compañía registrada en Eslovenia, y confirmó el uso de los fondos para la compra de objetos de lujo, entre ellos bolsos de diseñador.

También aseguró que todo el dinero fue para su trabajo de consultoría del Vaticano y su salario; los caros regalos, tales como viajes y bolsos, dijo, “fueron usados para crear relaciones cooperativas”.

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