La ONG católica Manos Unidas señaló que “observan con preocupación la oleada de incendios forestales que, en las últimas semanas, vienen asolando la Amazonía”.
A través de un comunicado publicado en su página web, denuncia que la situación es especialmente grave en Brasil, donde sólo en el año 2019, las “queimadas” se “han incrementado en un 82%, hasta llegar a un total de 71.497 incendios, el 54% de los cuales se produce en territorio amazónico”.
También explican que la reducción “dramática” de la selva se está dando por “la explotación incontrolada de los recursos naturales para la obtención de minerales o combustibles, la ampliación de la frontera agrícola para el monocultivo o la producción ganadera extensiva”.
Algo que consideran especialmente grave dentro del contexto del cambio climático ya que “las variaciones en los ciclos de lluvias y las temperaturas ya están alterando gravemente los ecosistemas”.
De esta manera, los incendios que se han dado en las últimas semanas se suman a otras “amenazas sobre la Amazonía” y que tienen especial incidencia “en las áreas más deforestadas, allá donde se juntan las intereses económicos con los entornos naturales más debilitados”.
Por eso subrayan, con palabras del Papa Francisco, que las comunidades indígenas son las que “mejor preservan el medioambiente y las que están más amenazadas que nunca”.
Manos Unidas desarrolla numerosos proyectos en la zona de la Amazonía y por eso desde hace años se suma “a los esfuerzos de muchas otras organizaciones” para denunciar los “riesgos y agresiones que padece la Amazonía y que conllevan una acelerada deforestación hacia el cada vez más cercano punto de ‘no retorno’, momento en el que la desaparición de este pulmón verde de la humanidad será ya irreversible”.
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