El sacerdote Christian Viña hizo una interesante reflexión sobre el “Mundial” que Argentina debe ganar luego de la eliminación de la selección argentina de fútbol de Rusia 2018.
En un artículo titulado “El Mundial que debe ganar Argentina”, el sacerdote se refirió a la importancia de defender la vida en el país sudamericano, luego que su selección perdiera el sábado 30 de junio por 4 goles a 3 en los octavos de final del torneo que se juega en Rusia.
“¿Se imaginan cómo hubieran buscado capitalizar los políticos abortistas un eventual Campeonato del Mundo? ¡A puro codazo hubiesen pujado por estar cerca de los campeones, en el balcón de la Casa de Gobierno, para pretender quedarse con esa imagen ganadora; y seguir hostigando al pueblo con sus acciones antivida, antifamilia y antipobres!”, escribió el P. Viña.
“¡Bienvenida, entonces, la derrota si nos sirve para tomar conciencia de que en los asuntos realmente importantes venimos perdiendo, por goleada, desde hace décadas!
¿Podemos, en verdad, exigirles arrojo, desprendimiento y egoísmo a once jugadores cuando, como sociedad, durante décadas, no hemos tenido el suficiente coraje para defender nuestra fe, la vida, la familia, y a los más débiles de nuestro pueblo?”, cuestionó.
El presbítero recordó luego que “Argentina tendrá, en pocos días, la oportunidad de empezar a ganar el único mundial importante: el de la Vida. Si el 8 de agosto, los senadores –aunque a esta altura pueda parecer casi un milagro- rechazan de plano el aborto, podremos reanudar lentamente el camino de los sueños”.
“El aborto es, aunque macabra, una etapa más en la embestida de la tiránica ideología de género, y del mundialismo humanicida. Se vendrán tras él –como ya está ocurriendo en algunos países de Europa- la legalización de la droga y de la pedofilia; la eutanasia y la eliminación de todos aquellos que el poder onusiano considere descartables”.
El sacerdote resaltó asimismo que “nuestro país no se acostó provida, y se despertó abortista. Hace décadas que venimos desterrando a Dios, a la Biblia, a la Iglesia, y al orden natural de nuestras vidas”.
“Con el cómodo y mentiroso argumento de modernizarse, y comprender que los tiempos cambiaron, hemos permitido que todo lo antinatural, todo lo perverso, todo lo más escandalosamente antihumano, infectara hasta nuestras fibras más íntimas”, continuó.
El sacerdote subrayó también que “ningún poder humano podrá derogar el quinto mandamiento, que ordena No matar. Ningún parlamento, ninguna asamblea, y ninguna masa manipulada podrán lograr jamás que el aborto deje de ser un asesinato. Porque, más allá de forzar el cambio del lenguaje, las cosas son lo que son, por encima de cómo se las nombre. Podrán llamarlo interrupción del embarazo; seguida siendo un crimen”.
“¿Y si hubiésemos salido Campeones del Mundo? ¡Mejor ni pensarlo! Mientras vivíamos el delirio de los festejos, nos hubiesen impuesto, en trasnochadas votaciones –como es la costumbre de este sistema- las más horrendas e inhumanas leyes”.
El sacerdote dijo además que “Argentina puede ser Campeona del Mundo, en vida, familia y soberanía, si logra desprenderse de las mafias, de afuera y de adentro, que la tienen absolutamente sometida como colonia. Para ello deberá volver a tomar conciencia de que, solo sabiéndonos hijos del Padre, podremos jugar como verdadero equipo. Y, lejos de creernos los dueños de todo, demostrar que solo somos hijos del Dueño”.
“Quiera Dios que esta derrota sea el comienzo de una nueva y definitiva victoria. En nosotros está jugarnos el todo por el todo”, concluyó.
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