El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, llamó a los fieles, especialmente a los padres de familia, a no descuidar la asistencia a la Misa dominical durante las vacaciones.
En su escrito semanal difundido este jueves 26 de julio, en el que reflexiona sobre cómo vivir de forma cristiana el período vacacional, los días festivos y los fines de semana, Mons. Rodríguez Plaza lamentó que se priorice el ocio frente a la Misa dominical.
“Con esta variedad de ocupaciones en fines de semana o en vacaciones con frecuencia familias cristianas enteras, los jóvenes y los menos jóvenes, se acostumbran a dejar la Misa dominical y a olvidar el carácter sagrado del domingo”, lamentó.
En este sentido, señaló que “alguien ha dicho que el domingo está dejando de existir. Se habla, sí, del ‘fin de semana’ como un bloque de tiempo indiferenciado, dedicado al ocio y a la diversión”.
El Arzobispo de Toledo indicó que no se puede perder la Misa dominical, porque “si llegáramos a perder el sentido sagrado del domingo, sería una pérdida gravísima; pero no sólo cristiana religiosa, sino también cultural”.
“Perder el domingo –subrayó– es tanto como perder la gratuidad y la hondura de la vida, perder el recuerdo de la Palabra de Dios y con ella la referencia a Dios en el espesor de la vida cotidiana, y el mismo sentido moral y cristiano de nuestras relaciones y actividades. Con el domingo perderíamos mucha humanidad”.
Mons. Rodríguez Plaza insistió: “En nuestro mundo, sin la Misa dominical, peligra el ambiente cristiano de la familia: niños y jóvenes crecen ya al margen de la Iglesia y de la fe. Las diversiones, y su séquito de dinero, pereza, erotismo, etcétera, van invadiendo poco a poco la vida personal y familiar”.
Por ello, animó a las familias cristianas a esforzarse a ir a Misa los domingos: “Entre todos tenemos que cuidar de que las celebraciones dominicales sean un acontecimiento hermoso y religioso, que llegue al corazón. Ya sé que no es esta tarea fácil. Que habría incluso que preparar en familia entre semana, al menos un día, la Misa del domingo, y saber cuáles son las lecturas”.
“Pero es tan importante el domingo, nos jugamos tanto los católicos en ello, que me gustaría que os quedase esa preocupación: sin el domingo bien celebrado no podéis conservar una fe vigorosa ni podréis trasmitirla a vuestros hijos”.
El Arzobispo Primado de España finalizó su escrito recordando que “cuando tantos se están acostumbrando a prescindir del domingo, no es posible que no nos demos cuenta de que poco a poco dejamos de ser cristianos. Tenemos que decir claro y muy alto: ‘No podemos vivir sin el domingo’. Y la tibieza de los padres ante el domingo produce la incredulidad de los hijos”.
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