La Plaza de San Pedro del Vaticano se convirtió la tarde del 31 de julio en toda una fiesta al reunir a más de 60 mil monaguillos de 18 países en un encuentro con el Papa Francisco, que ofreció una breve homilía en la que invitó a ser coherentes para que las personas que se alejaron de la fe se acerquen a la Iglesia.
“Depende de nuestra coherencia que nuestros hermanos reconozcan a Jesucristo, el único salvador y la esperanza del mundo”, subrayó.
La reunión con el Pontífice forma parte de la 12ª Peregrinación Internacional de Ministrantes de la Asociación Coetus internationalis ministrantium (CIM) que tiene lugar en Roma hasta el próximo 3 de agosto bajo el lema “Busca la paz y persíguela”.
En la celebración se rezó vísperas y el Papa respondió también algunas preguntas que le realizaron cinco monaguillos.
“Servir a la gloria de Dios en todo lo que hacemos es el criterio decisivo para nuestra actitud, la síntesis de aquello que significa vivir la amistad con Jesús”, dijo en la homilía.
El Papa añadió que “es la indicación que nos orienta cuando no estamos seguros de qué debemos hacer; nos ayuda a reconocer la voz de Dios dentro de nosotros, que nos habla en la conciencia para que podamos discernir su voluntad”.
Francisco recordó que “todos somos hijos de Dios”. “A veces alguno permanece desilusionado, y somos nosotros los que podemos volver a encender la luz, transmitir un poco de buen humor”, señaló.
“Así es más fácil estar de acuerdo y testimoniar en la vida de cada día el amor de Dios y la alegría de la fe”.
También invitó a “mirar a los santos, que son el Evangelio vivido, porque han sabido traducir el mensaje de Cristo en la propia vida”. “Hagámonos imitadores de santos; hagamos todo por la gloria de Dios y por la salvación de los hermanos”, agregó.
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