La epíclesis en la misa

Catequesis para la familia

Madrid, 14 de junio de 2015 (ZENIT.org) Carmen Francisco | 0 hits

Epíclesis

- ¡Hoy vamos a fijarnos en la epiclesis de la Misa!
- Mamá, qué nombre tan raro

-Es verdad, hijo, es muy raro pero muy importante y además no hay otro nombre para traducirlo. Por eso vale la pena aprenderlo ya desde pequeños y estar muy atentos al momento en que se realiza en la misa.
- Pero, ¿qué significa? Parece chino.

- No es chino, sino griego, y significa literalmente hacer sombra.
- Mamá, eso es muy raro!

- Raro pero muy importante y hasta divertido. ¿En qué momento de la misa el sacerdote hace sombra a propósito? Lo hace con las manos.
- Pues no tengo ni idea, mamá.

- Después del Prefacio, nos adentramos en la Plegaria Eucarística y allí hay un momento en que el Sacerdote extiende sus manos juntas sobre el pan y el vino y llama al Espíritu Santo para que los prepare para la consagración.
- ¡No entiendo nada, mamá!

- Tú ya sabes que el pan y el vino se van a convertir en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ¿verdad?
- Sí, eso ya lo sé

- Pero, el pan y el vino son sólo un signo de lo importante: que nosotros nos vamos a preparar para recibir a Cristo, que nos vamos a convertir en el Cuerpo de Cristo, porque todos seremos un solo Cuerpo. Y para eso es necesario que el Espíritu Santo nos prepare para que nuestro sacrificio sea agradable a Dios y pueda unirse al Sacrificio del Altar.
- Sigo sin entender

- Bueno, acuérdate que cuando María recibió la visita del ángel, éste le dijo que el Espíritu Santo la cubriría con su sombra y así ella --bajo la protección del Espíritu Santo-- pudo decir: “hágase en mí según tu palabra”. También el pueblo de Israel estuvo cuarenta años en el desierto camino de la Tierra Prometida y el Espíritu Santo estaba con ellos o más bien ellos estaban bajo la sombra de la nube que les acompañó siempre día y noche.

-Ya entiendo. En la epíclesis somos nosotros que nos ponemos bajo la sombra del Espíritu Santo y allí nos sentimos protegidos y el Señor recibe nuestros sacrificios, porque están unidos al sacrificio de Jesús.
- Muy bien, lo has entendido muy bien.