Líderes católicos, anglicanos y judíos pidieron a los legisladores del Reino Unido que rechacen un proyecto de ley que legalizaría el suicidio asistido; asimismo, unos 1.700 médicos británicos dijeron que no aplicarán esa legislación en caso de aprobarse.
En una carta emitida el 19 de octubre, los líderes religiosos expresaron su “profunda inquietud” por el proyecto de ley de suicidio asistido, que tiene su segunda lectura en la Cámara de los Lores del Parlamento del Reino Unido este viernes 22 de octubre y que hasta el momento no ha sido llevado a votación tras largas horas de debate.
El proyecto de ley, presentado por primera vez a los Lores en mayo, tiene como objetivo permitir que los adultos con enfermedades terminales puedan solicitar asistencia específica para poner fin a su vida.
“Como líderes de las comunidades religiosas, deseamos expresar nuestra profunda inquietud por las disposiciones del proyecto de ley 'muerte asistida' que se encuentra actualmente en la Cámara de los Lores”, dijeron los líderes religiosos en la carta enviada a los miembros de la Cámara Alta.
El texto fue firmado por el Cardenal Vincent Nichols, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales; Justin Welby, arzobispo de Canterbury, y Ephraim Mirvis, rabino jefe de las Congregaciones Hebreas Unidas del Commonwealth.
Los tres señalaron que aunque se afirma que el proyecto de ley fue presentado para aliviar el sufrimiento, no están “de acuerdo con los medios que se han propuesto para abordar esta preocupación tan real”.
“En particular, somos conscientes de los riesgos y peligros que conllevan las disposiciones del proyecto de ley y de las deficiencias prácticas en la 'vida real' de las salvaguardias propuestas”, añadieron.
Además de los líderes religiosos, un grupo de unos 1.700 médicos británicos dijeron que no participarán en el suicidio asistido.
En una carta enviada esta semana al secretario de Salud del Reino Unido, Sajid Javid, los médicos escribieron: “Como profesionales de la salud, tenemos el deber legal de cuidar la seguridad y el bienestar de nuestros pacientes. Escribimos con gran preocupación con respecto a la introducción de un proyecto de ley para legalizar el suicidio asistido”.
“El cambio de preservar la vida a quitarla es enorme y no debe minimizarse... Es posible que algunos pacientes nunca consideren el suicidio asistido a menos que se les sugiera. La cruel ironía de este camino es que la legislación introducida con la buena intención de mejorar las opciones de los pacientes disminuirá las opciones de los más vulnerables”, continúa la carta.
Our Duty Of Care, un grupo de profesionales médicos que se oponen a la legalización del suicidio asistido, organizó la carta que fue firmada por miles de colegas.
El proyecto de ley es el último de una larga lista de intentos de legalizar el suicidio asistido en el Reino Unido.
La legislación propuesta autorizaría a las personas en Inglaterra y Gales que hayan firmado una declaración que exprese “un deseo voluntario, claro, establecido e informado”, avalado por dos médicos registrados “debidamente calificados”, a solicitar el consentimiento para el suicidio asistido de la División de Familia del Tribunal Superior de Londres.
El proyecto de ley enfrenta la oposición de los profesionales médicos y de líderes católicos como el Obispo de Shrewsbury, Mons. Mark Davies; el Obispo de Nottingham, Mons. Patrick McKinney; y el Obispo Auxiliar de Westminster, Mons. John Sherrington.
El Cardenal Nichols, Welby y Mirvis dijeron que su oposición al proyecto de ley se basa en la convicción de que toda vida humana es sagrada.
“Por la fe que profesamos, consideramos que cada vida humana es un regalo precioso del Creador, que debemos defender y proteger. Todas las personas de fe, y las de ninguna, pueden compartir nuestra preocupación de que el bien común no se sirve con políticas o acciones que colocarían a muchas personas vulnerables en posiciones más vulnerables”, escribieron.
Los tres pidieron que los “cuidados paliativos de alta calidad” estén disponibles para todos los que se acercan a la muerte.
“Creemos que el objetivo de una sociedad compasiva debe ser la vida asistida en lugar de la aceptación del suicidio asistido”, dijeron.
En septiembre de 2020, la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano reafirmó la enseñanza perenne de la Iglesia sobre la pecaminosidad de la eutanasia y el suicidio asistido.
Sin embargo, los partidarios de estas prácticas han logrado avances en varios países europeos.
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