En la tarde del miércoles, más de 60 fieles católicos se congregaron afuera de la casa del Arzobispo de Lima (Perú), Mons. Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, para rezar por él, luego de su polémica propuesta para que “familias, o parejas, o grupos de esposos o de personas mayores laicas asuman parroquias”.
A partir de las 5:00 p.m. comenzó a congregarse el grupo de fieles para rezar el Rosario afuera de la casa del Arzobispo, en el distrito limeño de San Isidro. Las personas portaban rosarios, pancartas con rostros de santos, un micrófono y un parlante. En todo momento los fieles mantuvieron las medidas para evitar contagios de coronavirus.
Las personas también rezaron la Coronilla de la Santa Faz y la oración a San Miguel Arcángel.
Crédito: Diego López Marina (ACI Prensa)
Fernando Kahn, uno de los fieles a cargo de la convocatoria, dijo a ACI Prensa que “los católicos de la Arquidiócesis de Lima nos encontramos atónitos” por los comentarios de Mons. Castillo durante la videoconferencia ‘La crisis del Bicentenario: Crispación, odio, miedo. Un mensaje de esperanza’ realizada el 21 de julio de 2021, y que se encuentra en la página oficial de Facebook del Arzobispado de Lima.
Ese día el Arzobispo de Lima dijo que había estado en el Vaticano y que estaba pidiendo permiso “para varias cosas que no están permitidas”, entre ellas que “familias, o parejas, o grupos de esposos o de personas mayores laicas asuman parroquias”.
“Es mejor mandar a los curas a estudiar un poco, ¿no?”, añadió.
Mons. Castillo también dijo que: “Luego, hay un cura que les celebra una vez por semana la Misa o dos veces en el domingo, lo que sea; pero hay que pensar formas más igualitarias, más cercanas”.
Kahn señaló que “reducir la presencia de los párrocos en las iglesias” significa “quedarse sin tantos sacramentos –la Eucaristía, la confesión–, que son necesarios para llegar a la vida eterna”.
Crédito: Diego López Marina (ACI Prensa)
Por ello, dijo que las declaraciones de Mons. Castillo “nos dieron como un cierto empuje” y “comenzamos a movilizarnos y agruparnos para mostrar nuestra dolencia”.
“Pedimos que el Arzobispo siga la santa doctrina de la Iglesia Católica. Pedimos que nunca se pierda la fe. Los obispos son los líderes de nuestra Iglesia, de nuestro sentir católico y tradicional. Creo que si el mismo Arzobispo no protege la Iglesia Católica peruana, ¿entonces quién la va a defender más? Yo dejo este mensaje con suma devoción y fidelidad y gratitud por tenerlo como líder”, continuó.
Por su parte, el abogado católico Alberto González expresó que estaban “muy afligidos” por las palabras de Mons. Castillo, “por intentar hacer una especie de experimento de orden social y eclesiástico”.
“Son los sacerdotes quienes mantienen vivas las parroquias, por cuanto todos los católicos sabemos que ellos administran los sacramentos. No es posible la existencia de una parroquia sin sacramentos. Los católicos vivimos de la confesión, de la Eucaristía. En la medida que no tengamos los sacramentos, las parroquias irán muriendo poco a poco”, alertó.
“Pedimos respetuosamente a nuestro Arzobispo que se retracte de esa idea y que, por el contrario, refuerce más las parroquias con más sacerdotes. Eso es lo que queremos”, agregó.
Crédito: Diego López Marina (ACI Prensa)
Asimismo, en septiembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, Mons. Castillo, estableció que los sacerdotes no debían ingresar a las casas de los enfermos para administrarles la Comunión, sino que tenían que entregar la hostia consagrada “en la puerta de la casa, a un miembro idóneo de la familia” para que este administre la Eucaristía.
Tras la controversia por la propuesta del Arzobispo Carlos Castillo sobre los párrocos, el P. Rubén Schmidt, sacerdote argentino y doctor en Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana de Roma, explicó que “sin la presencia sacerdotal a la parroquia le faltaría el fundamento de su existencia, la presencia eucarística”.
Al sacar al sacerdote del puesto de párroco, advirtió el P. Schmidt, “se perdería el carácter teológico de la parroquia”.
“Además, si esta opción supone la no presencia sacerdotal, los fieles estarían privados de recibir la mayoría de los sacramentos. Pensemos sobre todo en la Eucaristía, la Confesión y la Santa Unción, que son exclusivos del sacerdote”, señaló.
Crédito: Diego López Marina (ACI Prensa)
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