Se cumplen 75 años de la proclamación de San Juan de Ávila como patrón del clero secular español, ante esta gran efeméride la Diócesis de Córdoba (España) organizó el III Congreso Internacional Avilista que pretende dar a conocer “esta figura gigante por su santidad y por su doctrina y enseñanza a todo el pueblo santo de Dios”.
El 2 de julio se cumplen 75 años de la proclamación de San Juan de Ávila como patrón del clero secular español. Según explica el Obispo de Córdoba (España), Demetrio Fernández en su carta semanal, fue en el año 1946 cuando “la comunidad cristiana se reponía de la terrible persecución religiosa a la que fue sometida en la década anterior. Miles y miles de mártires regaron con su sangre preciosa nuestro suelo patrio: obispos y sacerdotes, religiosos, seglares, muchísimos seglares. Y la sangre de los mártires fue una vez más semilla de nuevos cristianos”.
“La Iglesia experimentó un gran impulso, se sentía llena de vida, sus Seminarios se colmaron, los noviciados se llenaron, la Acción Católica conoció su mejor impulso, nacía Cursillos de Cristiandad.”, explicó.
Dentro de ese ambiente, “se propuso al Papa Pío XII que el beato Juan de Ávila, que había sido beatificado 50 años antes, fuera proclamado patrono del clero secular español”.
Según recuerda Mons. Fernández, el 2 de julio llegó el “Breve apostólico ‘Dilectus Filius’, dirigido al cardenal Parrado, Arzobispo de Granada, que había elevado súplicas al Santo Padre pidiendo este patronazgo de san Juan de Ávila sobre el clero español.
El Obispo de Córdoba recordó que “la devoción a san Juan de Ávila se ha gestado en los Seminarios diocesanos, de generación en generación, de manera que las generaciones de obispos y sacerdotes han experimentado un cariño a su santo patrono, que cada 10 de mayo se renueva, para invocarle por nuestras vidas sacerdotales y nuestra fidelidad”.
Mons. Fernández también explicó que un sacerdote diocesano es aquel cuya vida “se desarrolla en torno al Obispo, de quien es colaborador inmediato, al servicio de una diócesis concreta, en un presbiterio diocesano”.
“Son los curas de las parroquias y de los distintos servicios religiosos, con los que la Iglesia sirve en un territorio particular”, apuntó.
También precisó que el sacerdote diocesano, o secular, se distingue del sacerdote religioso o regular, que sigue una regla de vida y un carisma inspirado por su Fundador al servicio de una misión especial en la Iglesia.
Mientras que el sacerdote diocesano no tiene fundador ni carisma aparte ni otra misión que la de colaborar con el obispo y servir a este pueblo santo de Dios.
“Ambos son una riqueza grande para la Iglesia y suelen complementarse en la mutua colaboración”, aseguró el Prelado.
San Juan de Ávila permaneció en la diócesis de Córdoba, dependiendo de su obispo. “Desde esta condición de sacerdote diocesano secular, se movió por el entorno andaluz y extremeño, predicando y fundando colegios, acompañando a sacerdotes y a personas de todo tipo y condición, viviendo una vida ejemplar”, destacó el Obispo y por eso, “cuando los sacerdotes y los obispos de España buscaban un patrono, no encontraron otro mejor”.
Con motivo de la celebración del 75 aniversario de la proclamación de San Juan de Ávila como patrón del clero secular español, la diócesis de Córdoba organizó el tercer Congreso Internacional Avilista, desde la proclamación de San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia Universal en el año 2012.
Este congreso pretende dar a conocer “esta figura gigante por su santidad y por su doctrina y enseñanza a todo el pueblo santo de Dios”.
La localidad de Montilla, en Córdoba (España) es el lugar donde san Juan de Ávila residió los últimos 15 años de su vida y es el lugar que guarda devotamente su casa y su sepulcro.
Además, Montilla lo declaró hijo adoptivo y por eso se ha convertido en un lugar de peregrinación para quienes quieren conocer más sobre la vida de este santo.
“La diócesis de Córdoba tiene ese precioso deber de mostrar al mundo el gran tesoro que guarda en su memoria, y desde la diócesis de Córdoba se trabaja constantemente en difundir su doctrina, en traducir sus escritos a diversas lenguas, en acoger a los muchos peregrinos que vienen a conocer al Santo Doctor de la Iglesia”, recordó Mons. Fernández.
Además animó a conocer mejor e imitar la vida de San Juan de Ávila para que “renueve nuestra diócesis y nos haga parecidos a él en la nueva evangelización que hoy hemos de afrontar”.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.
Publicar un comentario