La pandemia del coronavirus COVID-19 ha ocasionado estragos a las parroquias de Inglaterra, indicaron varios sacerdotes que compartieron sus experiencias.
Catholic News Agency (CNA), la agencia en inglés del Grupo ACI, dialogó en Inglaterra con varios sacerdotes para conocer de primera mano cómo ha afectado la pandemia la vida de la Iglesia, cuando las restricciones ante la tercera ola debían levantarse el 21 de julio pero se han extendido hasta el próximo 19 de julio.
Todos los sacerdotes consultados coinciden en la disminución de los fieles durante la pandemia, con la posibilidad de que ya no vuelvan a las parroquias.
El P. Alexander Lucie-Smith, sacerdote de la iglesia St. Peter’s en la localidad de Hove, en East Sussex, dijo que los fieles son ahora alrededor del 60% de los que eran antes, pero que “la situación económica no es tan catastrófica como pensamos sería, porque la gente que se fue era la menos comprometida y la que daba menos dinero. También coincide en que son los jóvenes”.
Sobre la poca asistencia de niños a las iglesias, el P. Lucie-Smith dijo que “esto no es solo en mi parroquia sino en muchas. Esto va a tener un efecto fuerte en las escuelas católicas, muchas de las cuales lo son solo de nombre ahora, ya que tienen cada vez menos católicos y eso parece que seguirá en aumento”.
“¿Qué va a pasar en 5, 10, 20 años? Muchas iglesias van a tener que cerrar porque el dinero no será suficiente para mantener estos edificios que resultan caros”.
El P. Alexander Sherbrooke, sacerdote en la iglesia St. Patrick’s en Soho, dijo que el impacto de la pandemia ha sido tan profundo que es posible hablar de “una Iglesia pre-COVID y otra post-COVID”.
El sacerdote explicó que su parroquia ha acogido en este tiempo a muchos indigentes a quienes les ofrecen comida, acceso a los sacramentos, adoración y el rezo del Rosario.
Además, “la pandemia ha sido obviamente un tiempo de purificación. Algunas personas han caído pero otras siguen fieles y han acrecentado su fe en algunas áreas clave”.
El sacerdote destacó que los 150 voluntarios de la parroquia han mejorado su relación con los más pobres y se ve en ellos “un deseo profundo por una adecuada celebración de la Misa, adoración y más solemnidad en la vida sacramental. En otras palabras, en un mundo que no tiene certezas, todo esto como la liturgia, la Misa y la adoración es mucho más importante ahora”.
“Creo que también es importante la claridad doctrinal. Si voy a ser católico ahora, post-COVID, tengo que estar seguro de lo que soy y lo que creo para saber cómo articularlo”.
El P. Rick McGrath, de la iglesia St. Wilfrid’s en Burgess Hill en el condado de West Sussex, comentó que ahora hay católicos que ya no van a la iglesia, pero ven las transmisiones en redes sociales. Esto no es lo ideal, “pero es mejor que nada”, agregó.
En la iglesia Our Lady of the Assumption en Liverpool, un equipo dirigido por el P. Stephen Pritchard ha hecho cientos de llamadas pero finalmente no pudo evitar perder al 25% de los fieles que iba a Misa.
“La Eucaristía es indispensable, irremplazable, el más alto valor para los católicos. Entonces qué significa para nosotros, especialmente ahora en que la gente podría mirar la Misa el domingo, aún en piyama, con una taza de té. ¿Qué significa ahora la comunidad católica?”, cuestionó.
Haciendo referencia a un mensaje de los obispos de Inglaterra y Gales del mes de abril, en el que llamaban a que se restablezcan las misas dominicales, el sacerdote dijo que el documento ha sido un buen signo y un aliento para su ministerio sacerdotal.
Aunque se han reducido los fieles en sus Misas, la colecta ha aumentado y la parroquia puede gestionar una iniciativa para alimentar a 700 personas por semana. Asimismo, las donaciones para el banco de alimentos se han cuadruplicado.
Los sacerdotes Lucie-Smith y Pritchard comentaron que es probable que se mantenga un “sistema híbrido” en el que la gente va a Misa a las iglesias y otros las vean en redes sociales.
El P. Pritchard dijo que “hemos estado haciendo la preparación para el bautismo vía Zoom y eso ha sido muy exitoso. Hay varios beneficios y creo que vamos a seguir aquí también con el sistema híbrido”.
El P. Lucie-Smith dijo también estar preocupado porque la fatiga pandémica ha afectado “a muchos en el clero. Realmente me siento completamente fatigado”.
Para el P. Sherbrooke una de las razones de esto tiene que ver con que los sacerdotes no han podido encontrarse regularmente con sus fieles y “realmente hay un sentido de pérdida. Creo que eso ha sido terrible para los sacerdotes y algunos han sufrido mucho a causa de eso”.
Sin embargo, el P. Pritchard destacó la capacidad de buscar más recursos “y muchos han mostrado grandes capacidades de muchas formas. Adaptarse ha sido casi la norma”.
El P. McGrath comentó también que “como la población en general, es mi impresión que algunos sacerdotes han sufrido de ansiedad, pero los que están en mi área parecen estar muy bien: siguiendo las reglas y lineamientos, pero no de modo esclavizante y reintroduciendo las misas y los bautismos en cuanto les ha sido posible”.
“No puedo hablar por todos, pero sé de alguno que pidió licencia por depresión. Pero en la evaluación general la mayoría lo ha hecho lo mejor que pudo y ha sido todo muy bueno”, concluyó el sacerdote.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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