En el contexto del debate de la redacción de la nueva Constitución para Chile, el Área Educación de la Conferencia Episcopal (CECh) destacó la importancia que se le debe dar a la familia en su rol educativo.
El próximo 4 de julio la Convención Constitucional, organismo que redactará la Carta Magna que reemplazará la que está vigente desde 1980, comenzará el debate sobre los diversos aspectos que debe contener el documento.
En ese contexto, el Área Educación de la CECh destacó en una carta que la educación “implica la participación de diversos actores” que ocupan un rol fundamental “en los primeros años de vida”. Es en la educación donde comienzan la “integración social y la equidad de la sociedad”, destacó.
En ese sentido, el organismo pidió que “la futura Constitución otorgue garantías que protejan y valoren a las familias, su dignidad y su rol educativo”.
“Las familias tienen un lugar central en la formación humana y el desarrollo de las capacidades cognitivas, socioemocionales, psicoespirituales y del carácter, así como en la socialización y aprendizaje de normas y valores que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes necesitan para su integración”.
“Deseamos que el Estado proteja y apoye a las familias en todas las dimensiones de su bienestar”, insistió.
Asimismo, pidió que se reconozcan “los aportes de las diferentes expresiones y tradiciones culturales, en un clima de respeto, tolerancia y apego a la diversidad y a los valores democráticos”, “como saberes pedagógicos que favorezcan la formación integral de cada ciudadana y ciudadano”.
Lo anterior, continuó, requiere que los “poderes públicos garanticen el derecho que asiste a los padres, madres y/o apoderados y apoderadas, para que sus hijos e hijas reciban la formación espiritual que esté de acuerdo con sus propias convicciones, resaltando la importancia de la formación integral en el desarrollo de las personas”.
En otros aspectos, el Área Educación de la CECh pidió que la educación sea “obligatoria, gratuita y de calidad, financiada y promovida por el Estado, garantizando autonomía pedagógica para la realización de su proyecto educativo”.
Para ello, es esencial que “los padres, madres y/o apoderados y apoderadas tengan la libertad de elegir el establecimiento educacional y participar activamente del proceso de enseñanza de sus hijos e hijas”.
Entre otras cosas se propone que “la enseñanza y aprendizaje de las lenguas originarias, en su contexto territorial y con un enfoque comunicativo, promoviendo la enseñanza de la propia historia, las diversas filosofías de vida de las culturas y su propia literatura”.
También que las “comunidades educativas y académicas” fomenten “el diálogo colaborativo, relevando a los estudiantes como sujetos de aprendizaje y centro del proceso educativo”.
El documento firmado por el presidente del Área de Educación de la CECh, Mons. Héctor Vargas, y el consejo asesor, expresó que en el desafío es “construir un país más justo y solidario, en el cual los niños, niñas, adolescentes y jóvenes puedan desarrollar todas sus potencialidades”, reconociendo la “centralidad y participación” de ellos “al interior de los diversos espacios educativos”.
Lea el documento completo AQUÍ.
Publicar un comentario