El Arzobispo de Managua (Nicaragua), Cardenal Leopoldo Brenes, anunció que la imagen de la Sangre de Cristo, que fue dañada en un atentado en 2020, será restaurada por expertos en Guatemala.
El 31 de julio de 2020 un desconocido ingresó a la capilla de la Sangre de Cristo, ubicada en la Catedral de Managua, y lanzó una bomba incendiaria que dañó severamente el recinto y el crucifijo de 382 años, ante la cual San Juan Pablo II se arrodilló en su segunda visita a la ciudad en febrero de 1996.
Durante los días siguientes obispos y fieles de varios países expresaron su solidaridad con la Iglesia en Managua. El Cardenal Brenes consideró que el ataque contra la catedral fue un “acto de terrorismo”.
Desde agosto del 2020, la Arquidiócesis de Managua viene realizando una campaña de donación para restaurar la capilla y la imagen de Cristo.
Al finalizar la Eucaristía de este 27 de junio, el Cardenal Brenes agradeció a los fieles el apoyo espiritual y económico que han brindado a la Iglesia y resaltó que desde “el mes de agosto del año pasado hemos estado haciendo todas las gestiones con instituciones especializadas en la restauración de las imágenes”.
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“Como Arzobispo y también como amante de esta imagen, yo no quiero ponerla en manos que no van a desarrollar un trabajo profesional y grande”, indicó.
Por esa razón, el Purpurado se puso en contacto con el Arzobispo de Guatemala, Mons. Gonzalo de Villa, que junto al instituto de restauración profesional de imágenes local se encargará de realizar los trabajos de refacción de la imagen de la Sangre de Cristo.
“Hemos enviado todo el material necesario que nos han pedido para que ellos lo vayan estudiando, y se han unido al Instituto Nacional de Restauración de Guatemala, y los dos están trabajando”, agregó.
El Cardenal Brenes agradeció las donaciones que los fieles vienen realizando y señaló que se ha recaudado más de 113 mil dólares, dinero que se encuentra en el Banco Banpro y en el Banco La Fise.
Finalmente, el Purpurado invitó a los fieles a la oración confiada y el rezo del Santo Rosario.
“Sigamos orando por nuestra familia, por nuestra patria, por nuestro mundo, que tiene tantos huracanes, oremos por el Papa y por nuestros sacerdotes, y agradezco que ofrezcan sus oraciones por mí”, concluyó.
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