“Me entristece profundamente la resolución del Europarlamento que pide la posibilidad de matar a los niños no nacidos”, escribió el Arzobispo de Poznan y presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Mons. Stanisław Gądecki, tras la aprobación del Informe Matić que promueve el aborto en el viejo continente.
“La cultura de la vida que tenían en mente los padres fundadores de la UE (Unión Europea) se está convirtiendo en una cultura de la muerte y la exclusión, y la ideología está prevaleciendo sobre la razón”, escribió el Prelado en su cuenta de Twitter.
El Parlamento Europeo reunido en Bruselas aprobó el 24 de junio, con 378 votos a favor, 255 en contra y 42 abstenciones el Informe Matić, presentado por el político croata Predrag Fred Matić.
Líderes católicos y grupos provida habían instado al Parlamento Europeo a rechazarlo, ya que el informe establece el acceso universal “al aborto seguro y legal”.
También pide garantizar que “el aborto a petición sea legal en las primeras etapas del embarazo” y que se permita en estadíos posteriores “si la salud de la mujer embarazada está en riesgo”.
El texto también redefine la objeción de conciencia como una "negación de atención médica".
El 22 de junio, Mons. Gadecki escribió a los eurodiputados solicitándoles rechazar el informe y les dijo que “el aborto es siempre una violación del derecho humano fundamental a la vida, una violación aún más aborrecible porque afecta a la vida del ser humano más débil y completamente indefenso. Es, por tanto, una manifestación de la más injusta discriminación”.
El Prelado dijo que el Informe Matić no solo niega el derecho a la vida sino también el derecho a la libertad de conciencia.
“Hay que subrayar que la Unión Europea menciona explícitamente, en la Carta de Derechos Fundamentales, el derecho a la objeción de conciencia, que es una característica especial de esta organización”, resaltó el Prelado polaco.
“El derecho a la objeción de conciencia, incluso para los trabajadores médicos, está explícitamente garantizado en las constituciones de muchos estados miembros. Por lo tanto, la adopción de la resolución podría considerarse también como un ataque a las constituciones de muchos Estados miembros”, concluyó Mons. Gadecki.
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