Iglesia en Chile conmemora 18 años de partida del Siervo de Dios Padre Esteban Gumucio

El 6 de mayo la Arquidiócesis de Santiago de Chile conmemoró los 18 años del fallecimiento del P. Esteban Gumucio Vives, Siervo de Dios reconocido por la Iglesia local como un “auténtico discípulo misionero de Jesucristo”.

Los fieles se reunieron en el memorial del Padre Gumucio ubicado en la parroquia San Pedro y San Pablo, en la comuna de La Granja, donde celebraron una liturgia presidida por el Administrador Apostólico de Santiago, Mons. Celestino Aós.

Crédito: Jorge Salomón. Arzobispado de Santiago

“En este tiempo de resurrección, sabemos que en la vida y la muerte somos del Señor. Esteban lo sabía, lo vivió, por eso nos sentimos unidos a él”, expresó Mons. Aós.

Señaló que “yo conocí al P. Esteban cuando ya era anciano, un anciano muy venerable. Me pregunto si alguna vez fue joven, porque me lo imagino con aquella mirada, con esa barba blanca, con ese andar pausado, pero me pregunto si alguna vez fue viejo”.

“Creo que nunca fue anciano, en sus ojos, en su alma estuvo siempre esa frescura, esa lozanía de ese Jesús que hace nuevas todas las cosas cada día y sigue haciendo maravillas, y Esteban las sabía descubrir y sabía animarnos a buscar lo bueno, en una época en donde también habían nubarrones. Esteban sabía llevarnos a mirar la parte luminosa”, agregó.

Al finalizar la oración, Mons. Aós pidió que el P. Gumucio sea “más que un mero recuerdo, que sea un referente” que nos enseñe a vivir, como él decía, “fijos los ojos en Jesús”.

Crédito: Jorge Salomón. Arzobispado de Santiago

La parroquia San Pedro y San Pablo, de la que el Siervo de Dios fue su primer párroco, lleva adelante “La Casa Padre Esteban Gumucio”, un lugar de acogida a personas en situación de calle del sector. Asimismo, desarrolla un programa de rehabilitación y reinserción social de personas a través de talleres y expresiones artísticas.

Breve biografía

El P. Esteban Gumucio Vives nació en Santiago el 3 de septiembre de 1914. Ingresó a la Congregación de los Sagrados Corazones a los 18 años, hizo su primera profesión temporal en 1933 y su profesión religiosa perpetua en 1936.

Ordenado sacerdote en Valparaíso en 1938, el P. Gumucio fue profesor en los colegios de su congregación, también fue superior de su comunidad en Chile, maestro de novicios, así como fundador y párroco de la parroquia San Pedro y San Pablo, en el sector La Granja (Santiago).

El P. Gumucio realizó un intenso servicio de predicación a sacerdotes, religiosos y laicos a lo largo de todo Chile y en países de Latinoamérica.

Además, fue asesor del movimiento Encuentro Matrimonial, párroco y vicario en la parroquia San José (La Unión, Región de Los Ríos) y, finalmente, colaborador en las parroquias San Damián de Molokai y San Pedro y San Pablo (San Joaquín y La Granja).

En sus últimos años se dedicó al cuidado y apoyo de adultos mayores a través de escritos, jornadas y retiros.

“Con ojos de poeta y corazón de pastor”, el P. Gumucio se dedicó a escribir numerosos poemas, cuentos y canciones sobre el amor a Jesús, la Iglesia y los más desposeídos. Entre sus canciones más conocidas están El peregrino de Emaús y La oración.

Una de sus obras más importantes fue la “Cantata a los Derechos Humanos”, estrenada en noviembre de 1978 en la Catedral de Santiago en plena dictadura militar.

Falleció el 6 de mayo de 2001, producto de un cáncer al páncreas. Sus restos descansan en la parroquia San Pedro y San Pablo.

La causa del P. Gumucio fue abierta el 20 de mayo de 2010 y enviada a la Congregación para las Causas de los Santos a principios de 2011.

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