El embajador de Argentina ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, defendió que “la religión puede jugar un papel de diálogo que ayude a retomar el camino de la concordia” en América Latina, sobre todo en aquellos países en los que se producen conflictos de naturaleza política y socioeconómica.
El embajador argentino realizó esta valoración como respuesta a una pregunta realizada por ACI Prensa sobre la división social y cultural en países latinoamericanos que padecen graves crisis, como Venezuela o Nicaragua.
La Embajada de Argentina ante la Santa Sede organizó una conferencia el martes 28 de mayo en la Pontificia Comisión para América Latina, en el marco de la presidencia argentina del Mercosur que, con el título de “Pluralismo religioso y cultural en América Latina: retos y oportunidades”, analizó las consecuencias de la fragmentación cultural y pérdida de identidad en el continente americano.
En la conferencia participaron el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry, y diferentes embajadores latinoamericanos ante la Santa Sede.
En su intervención ante los presentes, el embajador argentino recordó las palabras del Papa Francisco a los miembros del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano de Roma el pasado 15 de noviembre, en las que lamentaba la fragmentación cultural, la polarización del entramado social y la pérdida de raíces que se está produciendo en América Latina.
Como consecuencia, lamentaba el Papa, se están imponiendo “modelos culturales que poco o nada tienen que ver con nuestra historia e identidad y que, lejos de mestizarse en nuevas síntesis como en el pasado, terminan desarraigando a nuestras culturas de sus más ricas y autóctonas tradiciones”.
A partir de esas palabras del Pontífice, el embajador Pfirter recordó algunos datos. Señaló que América Latina, y en particular los países de Mercosur, reúnen a cerca del 40% de la población católica mundial. Al mismo tiempo, en las últimas décadas, el continente latinoamericano ha experimentado un crecimiento del pluralismo religioso y cultural, así como de la indiferencia religiosa y del ateísmo, con importantes consecuencias para la sociedad.
En concreto, el embajador afirmó que, entre 1970 y 2014, los católicos pasaron de ser el 92% de la población latinoamericana al 69%. Al mismo tiempo, la proporción de fieles protestantes se incrementó en ese período del 4% al 19%.
Por su parte, Guzmán Carriquiry reflexionó en su intervención sobre estos datos y recordó que “si se suman los porcentajes de los católicos y protestantes en América Latina, tenemos similares porcentajes de cristianos que a principios del siglo XX, lo que relativiza en América Latina su proceso de secularización”.
En las diferentes intervenciones que se pronunciaron en la conferencia, se lamentó el uso político que en algunos países se está haciendo de la religión, sirviéndose de ella para fines electoralistas y partidistas. Se señaló también que el pluralismo religioso no debe ser motivo de división, sino de unidad y se subrayó la necesidad de que, en este contexto de pluralismo religioso, se refuerza la libertad religiosa.
Finalmente, también como respuesta a una pregunta de ACI Prensa, el embajador de Argentina ante la Santa Sede afirmó que, en el caso de Argentina, el pluralismo religioso y cultural implica una “posibilidad de un enriquecimiento, porque esa es la esencia de Argentina. Somos un ejemplo de cómo se puede comunicar en un marco de diálogo”.
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