Mons. Anthony Figueiredo, sacerdote y exsecretario de Theodore McCarrick, hizo público un reporte en el que habría citas de correspondencia entre el excardenal estadounidense y varios oficiales de la Iglesia.
En la correspondencia McCarrick habría admitido su mal proceder y confirmaría algunos informes sobre la respuesta del Vaticano a la conducta de quien fuera Arzobispo de Washington. Sin embargo, algunos funcionarios del Vaticano señalan que el reporte de Figueiredo, sacerdote de la Arquidiócesis de Newark, no explica del todo la forma en la que McCarrick operó en Roma.
Este martes 28 de mayo, Mons. Figueiredo publicó el sitio web “The Figueiredo Report”, en el que habría extractos de la correspondencia privada entre McCarrick, el sacerdote y varios otros funcionarios de la Iglesia.
La noticia de la publicación del reporte la dio CBS News y Crux.
Sin embargo, el sitio de Figueiredo no ha publicado el texto completo ni las imágenes de las cartas.
“Presento los hechos de la correspondencia que considero relevantes sobre las preguntas que aún rodean a McCarrick”, indica el sitio web del sacerdote.
“Estos hechos muestran claramente que altos prelados posiblemente tenían conocimiento de las acciones de McCarrick y de las restricciones que le impusieron durante el pontificado de Benedicto XVI. También muestran claramente que estas restricciones no se aplicaron incluso antes del pontificado de Francisco”, dice el sitio web.
“No me corresponde juzgar hasta qué punto la falta está en el hecho de no imponer penas canónicas, en vez de meras restricciones, al comienzo, o con otros líderes de la Iglesia que luego no expusieron la conducta de McCarrick y lo impropio de su continua actividad pública, y que de hecho podrían haber alentado”, escribe el sacerdote.
En uno de los extractos que sería de una carta de septiembre de 2008 de McCarrick para el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, el excardenal habría señalado que “en un (caso) particular he estado en falta con un desafortunado juicio”.
“Siempre he considerado a mis sacerdotes y mis seminaristas como parte de mi familia, y así como compartí mi cama con mis primos, tíos y otros parientes sin pensar en si está mal o no, he hecho esto en una ocasión cuando la casa de verano diocesano estaba muy llena. En ningún caso hubo menores involucrados, sino hombres entre 20 y treinta y tantos años”.
Sin embargo, “nunca he tenido relaciones sexuales con nadie: hombres, mujeres o niños, y tampoco he buscado tales actos”, habría escrito McCarrick al Cardenal Bertone.
Las citas extraídas por Mons. Figueiredo, que servía como director espiritual en el Pontificio Colegio Norteamericano en Roma, confirmarían las acusaciones del exnuncio en Estados Unidos, el Arzobispo Carlo Maria Viganó, cuando en 2008 se le ordenó a McCarrick dejar el seminario arquidiocesano donde vivía.
Fuentes que estuvieron presentes en la reunión entre el entonces Nuncio en Estados Unidos, el Arzobispo Pietro Sambi, y McCarrick, dijeron a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que al excardenal se le ordenó salir del seminario.
Según señala Figueiredo, McCarrick escribió una carta a Mons. Sambi luego del encuentro, en la que habría indicado que “habiendo estudiado la carta del Cardenal Re”, entonces Prefecto de la Congregación para los Obispos, “y habiéndola compartido con mi Arzobispo, me comprometo nuevamente a tratar siempre de ser un buen servidor de la Iglesia incluso si no entiendo sus deseos en mi vida. Claro está, estoy listo para aceptar la voluntad del Santo Padre sobre mí”.
“En el futuro no haré compromisos para aceptar apariciones públicas o ponencias sin el permiso explícito del Nuncio Apostólico y la misma Santa Sede”, agregó.
En agosto de 2018, un sacerdote residente en la parroquia St Thomas The Apostle adonde se mudó McCarrick, dijo a CNA que le dijeron que el excardenal “no podía” vivir en el seminario y que el Cardenal Wuerl, sucesor de McCarrick como Arzobispo de Washington, había “ordenado” la mudanza. El sacerdote precisó que no tenía conocimiento directo de todas las circunstancias.
En agosto de 2018, Mons. Anthony Figueiredo hizo pública una declaración en apoyo a Mons. Viganó. “Lo conozco personalmente”, dijo entonces el sacerdote. “Lo conozco como un hombre de gran integridad, honesto”, agregó.
Los extractos de correspondencia que ha difundido ahora Mons. Figueiredo confirmarían algunos reportes respecto al papel de McCarrick, a veces no oficial, en los esfuerzos diplomáticos, especialmente en China, durante los pontificados de Benedicto XVI y Francisco.
Sin embargo, fuentes de la Congregación para los Obispos en el Vaticano indicaron a CNA que lo mostrado por Figueiredo ofrecen solo un contexto “parcial” de McCarrick sobre su forma de operar a pesar de las restricciones que tenía.
“McCarrick era muy bueno explotando las manos izquierda y derecha, sin hablar”, comentó un oficial de la Congregación para los Obispos.
“(El Cardenal) Re podría haberle dicho (a McCarrick): ‘Sin apariciones, no viva aquí’, y luego (McCarrick) iba con Bertone y se presentaba como disponible para servir discretamente, pedía viajar a algún lugar y usaba las instrucciones conflictivas para moverse entre las grietas”.
Otro oficial cercano a la Congregación dijo que McCarrick explotaba una cultura curial en la que había resistencia a hablar claro.
“Él hablaba y escribía sobre su necesidad de mantener un perfil bajo, sobre su cambio de residencia, pero nunca dijo explícitamente por qué. Los que sabían no necesitaban hablar y los que no sabían pero sospechaban eran lo suficientemente inteligentes para no preguntar”, explicó.
El mismo oficial dijo a CNA que para tener una idea clara de la forma de proceder de McCarrick con los distintos oficiales de la Curia, también sirve la investigación que ahora se realiza por la Congregación para los Obispos, bajo la dirección del Papa Francisco.
“El hombre hizo un completo desastre en las comunicaciones con obispos, Estado, el Santo Padre, las diócesis, con todos”, dijo. “Cualquiera que quisiera saber de él podía encontrar tres cosas distintas en tres lugares distintos”, agregó.
CNA sabe, a partir de importantes fuentes en Roma, que la Arquidiócesis de Washington ya ha completado una revisión de toda la correspondencia personal de McCarrick y ha enviado sus resultados al Vaticano.
Un vocero de la Arquidiócesis de Washington prefirió no declarar al respecto.
Sin embargo, el vocero dijo a CNA que “el Cardenal Wuerl dijo previamente –y lo reitera nuevamente– que no sabía de la imposición de sanciones o restricciones relacionadas a cualquier acusación de abuso o actividad inapropiada de Theodore McCarrick. Basado en las descripciones (de los medios) ninguno de los documentos dados a conocer hoy indica explícitamente que el Cardenal Wuerl supiera eso”.
Mons. Anthony Figueiredo
Mons. Figueiredo, que sirvió como secretario de McCarrick un año en la década de 1990, había descrito antes al excardenal como un “padre espiritual”. El sacerdote dijo a CBS News que las revelaciones sobre McCarrick lo llevaron a recaer en el alcoholismo.
En octubre de 2018 Figueiredo estuvo involucrado en un accidente automovilístico en Londres, en el que se chocó con otro vehículo conducido por una mujer embarazada. Al comienzo y visiblemente alcoholizado, se detuvo pero después huyó de la escena.
Fue capturado luego por la policía y se constató que había ingerido más del doble del límite legal de alcohol. Se declaró culpable de manejar ebrio y recibió una suspensión para no conducir durante 18 meses.
El sacerdote trabajó a tiempo parcial en la oficina de EWTN en Roma como “colaborador senior” entre noviembre de 2017 y octubre de 2018, cuando se supo del accidente de tránsito en el que estuvo involucrado. CNA es un servicio de EWTN News.
Fuentes de la Arquidiócesis de Newark, donde Mons. Figueiredo está incardinado, dijeron a CNA que se le pidió al sacerdote que vuelva a Estados Unidos luego del accidente.
Las fuentes también precisaron que el sacerdote se negó a volver pese a las repetidas veces en que se le solicitó regresar. Mons. Figueiredo también rechazó reunirse con su Arzobispo, el Cardenal Joseph Tobin. El sacerdote decidió quedarse en Roma sin una asignación eclesial.
Según indicó CBS News este martes 28 de mayo, Mons. Figueiredo dice ahora que “ha abrazado una vida de sobriedad” y que intentó “durante meses” compartir la correspondencia con líderes de la Iglesia, aunque su reporte no especifica la naturaleza de esos esfuerzos y no menciona su aparente resistencia a reunirse con su propio arzobispo.
Desde noviembre de 2018, Mons. Anthony Figueiredo se acercó a CNA y otros servicios noticiosos de EWTN News afirmando que poseía correspondencia sobre McCarrick. El sacerdote no pudo proporcionar acceso a documentos primarios, ofreciendo solo extractos por lo que sus propuestas fueron rechazadas.
El 28 de mayo, Crux informó que había recibido copias originales de la correspondencia en el reporte de Figueiredo, y que las había autenticado por un “experto en ciberseguridad”.
Aunque Figueiredo no ha difundido copias completas de la correspondencia, el sacerdote alega que el Papa Francisco fue quien lo inspiró a dar a conocer la información.
“El mismo Papa Francisco ha pedido a toda la Iglesia que sea transparente. Esa es la razón por la que siento una obligación moral para difundir esta correspondencia”, indicó el sacerdote.
El caso McCarrick
El 16 de febrero de 2019 la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó al excardenal y exarzobispo de Washington, Theodore Edgar McCarrick, por abusos sexuales a menores y adultos con agravante de abuso de poder y lo despojó de su condición de sacerdote de la Iglesia Católica.
El Papa Francisco reconoció la naturaleza definitiva de la condena por lo que no cabe ningún posible recurso contra ella por parte de excardenal McCarrick, de 88 años de edad, que sirvió como Obispo Auxiliar de Nueva York, Obispo de Metuchen, Arzobispo de Newark y Arzobispo de Washington.
Las denuncias contra McCarrick se remontan al año 2004, cuando el Cardenal Donald Wuerl, Arzobispo Emérito de Washington D.C., recibió una queja del exsacerdote de la diócesis de Metuchen Robert Ciolek por “conducta inapropiada” de McCarrick, quien fue obispo de dicha diócesis desde 1981 hasta 1986.
En esa queja se informaba sobre otros incidentes de abuso sexual, como uno relacionado con un sacerdote de Pittsburgh. En aquel tiempo Wuerl era Obispo de Pittsburgh.
El 20 de junio de 2018, la Arquidiócesis de Nueva York anunció que había considerado creíble una acusación de abuso sexual de un menor contra McCarrick, quien se desempeñó como sacerdote en Nueva York en la década de 1970.
Los informes de los medios posteriormente revelaron denuncias contra McCarrick por haber abusado sexualmente en serie, de al menos dos muchachos adolescentes, y que había participado en conducta sexual coercitiva con sacerdotes y seminaristas durante décadas.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Publicar un comentario