El Arzobispo de Nueva York, Cardenal Timothy Dolan, visitó hace unos días a algunos menores migrantes acogidos en una parroquia del Bronx y expresó que “fue desgarrador ver a estos niños sin sus padres”, de quienes fueron separados forzosamente por el Gobierno de Estados Unidos por su condición de ilegales.
En una carta publicada este 29 de junio, el Purpurado informó que el viernes 22 visitó el antiguo convento de una parroquia del Bronx donde las Catholic Charities (Caridades Católicas) atienden a algunos de estos niños “que deben lidiar con el caos y el trauma de que les han quitado a sus padres”.
“Fue desgarrador ver a estos niños sin sus padres”, expresó el Cardenal Dolan, que acudió al antiguo convento para llevarles “el amor de Jesucristo y la solidaridad de su Iglesia”.
A pesar del dolor, dijo que fue “reconfortante conocer a los profesionales compasivos y competentes que los proveen y que ven el buen cuidado que están recibiendo”. “Le agradezco a Dios por eso. Traje a cada uno una cruz bendecida por el Papa Francisco y los invité a Misa en la Catedral de San Patricio”, relató.
En ese sentido, el Arzobispo de Nueva York agradeció a las Catholic Charities por su solidarida y servicios legales que brindan a los inmigrantes que llegan al país, como los “más de diez mil menores no acompañados y sus familias” que en los últimos cinco años han sido atendidos por esta organización de la Iglesia, “mucho antes de la actual crisis de niños separados”.
El Cardenal Dolan señaló que su “preocupación e implicación en esta crisis es como pastor, no como político”.
“No soy un experto en las complejidades de la legislación, las órdenes ejecutivas y las políticas que aparentemente cambian día a día. Pero sí sé que las políticas que alejan a los niños de sus familias con un pretexto u otro son a la vez no bíblicos y antiamericanos”, advirtió.
En ese sentido, señaló que “el daño una vez hecho requerirá mucho esfuerzo con el tiempo para deshacer y sanar”. “Debemos estar atentos y atentos para asegurar la respuesta correcta”, indicó.
En mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció una política de "tolerancia cero" que establecía que los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera serían internados en una cárcel federal hasta que fueran llevados ante un juez federal que debía determinar si eran sentenciados a prisión.
Esto llevó a la separación de las familias, debido a que los niños no pueden ser retenidos legalmente en una cárcel federal por más de 20 días, según el Flores Settlement de 1997. Estos menores fueron puestos bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos mientras se procesaban a sus padres.
Las separaciones recibieron fuertes críticas, luego que se difundieron imágenes y grabaciones de niños angustiados por estar lejos de sus padres.
El 20 de junio, Trump anunció una orden ejecutiva que puso fin a la práctica de la separación familiar, pero mantuvo la política de tolerancia cero.
La separación de las familias también fue criticada por los obispos mexicanos.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó este viernes una resolución que condenan “enérgicamente” la política “tolerancia cero” impuesta por Trump y que permite separar a niños inmigrantes de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos.
La resolución fue impulsada por el Gobierno de México con el fin de que el presidente de Estados Unidos ordene regresar a los niños lo más pronto posible con sus familiares.
Recientemente, la Corte Federal de San Diego, en California, pidió a Trump reunir a los niños con sus padres en un plazo de 30 días.
Según las estadísticas, más de 2.300 niños fueron separados de sus padres como consecuencia de la política de Estados Unidos.
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