Arzobispo preside Misa de desagravio en capilla de cárcel de Bolivia profanada por policía

El Arzobispo de Santa Cruz (Bolivia), Mons. Sergio Gualberti, presidió el 2 de abril una Misa de desagravio en la capilla de la cárcel de Palmasola que fue profanada durante un allanamiento policial el 14 de marzo.

Ese día la policía ingresó al “Centro de Rehabilitación Santa Cruz- Palmasola” para requisar las drogas y armas que estuviesen en manos de los presos.

Sin embargo hubo un enfrentamiento entre los internos y la policía que ocasionó ocho muertos y más de 20 heridos. También fue saqueado el colegio y se profanó la capilla que se encuentran al interior del recinto penal.

Durante la Misa, que coincidió con la celebración de la Pascua, Mons. Gualberti lamentó la lentitud de la justicia y la manifestación violenta de la policía. Sin embargo, animó a los internos a “romper esa lógica del mal y la prepotencia”.

“Si respondemos con violencia vamos a hacer un eslabón y hacemos una cadena que ya no nos libera más. Por lo tanto, debemos derrotar al mal o a la maldad con el bien, solo con el bien. Solo el perdón puede abatir el rencor y la venganza. Perdón y reconciliación”, expresó.

“Nosotros no caemos en ese error, no respondemos de la misma manera porque si no, nos enfrentamos más y tenemos que romper esa cadena”, de eso se trata la Pascua, “es ese cambio profundo en todos y cada uno de nosotros”, explicó.

Mons. Gualberti, junto al P. Mario Ortuño, capellán de la cárcel de Palmasola, celebraron dos Eucaristías, una en el pabellón de mujeres y otra en el sector de régimen abierto.

Al terminar la visita, Mons. Gualberti se dirigió a la prensa y recordó que un 70% de los internos espera un juicio.
También criticó el hacinamiento en el que viven los internos, ya que el recinto alberga a más de cinco mil presos, cuando fue creado para unas 800 personas.

El Arzobispo de Santa Cruz transmitió la inquietud de los internos, quienes le dijeron que las normas se han endurecido después de la última intervención policial.

“Estando en la cárcel la pena es la privación de libertad, pero (los internos) siguen teniendo sus derechos humanos, la dignidad de persona no la pierden. Por tanto, se deben crear condiciones más humanas”, indicó.

El Prelado dijo que ello “facilitaría una convivencia más pacífica, más serena y así Palmasola sería un centro de rehabilitación para la reinserción en la sociedad. Como decía el Papa reinserción no es exclusión”.

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