En una carta pastoral que será publicada el próximo fin de semana, el Prelado advierte que "nunca podemos acercarnos a la Sagrada Comunión casualmente, y menos aún si no hemos confesado y nos hemos arrepentido de cualquier pecado mortal o de un estilo de vida en contradicción con nuestra vocación cristiana".
Según informó The Catholic Herald, Mons. Davies señala que por tanto este estilo de vida debe ser confesado y arrepentido antes de recibir la Eucaristía.
“El apóstol Pablo instó a los primeros cristianos a examinarse cuidadosamente antes de recibir la Sagrada Comunión, porque cualquiera que lo hiciera en un estado indigno sería, dijo, ‘culpable de profanar el cuerpo y la sangre del Señor’”, añadió.
El Obispo de Shrewsbury recuerda en su carta que recibir la Eucaristía es “la llamada más radical a la santidad” que cualquier persona puede enfrentar. Además restaura la fortaleza de los fieles, rompe los vínculos desordenados, separa del pecado y ayuda al fiel a enraizar su vida en Cristo.
"La Iglesia nos llama a frecuentar la Sagrada Comunión, preparados por el Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación para que podamos ser santos, podamos llegar a ser santos. El Concilio Vaticano II nos instó a ‘frecuentar’ estos dos sacramentos con entusiasmo y devoción como el camino hacia la santidad”, afirma en su texto.
Por ello, en su carta, Mons. Davies invitó a los católicos a preguntarse “cómo buscamos recibir al Señor con la más profunda reverencia y amor, y cómo pasamos los preciosos momentos después de recibir la Sagrada Comunión”.
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