Este sábado en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia (Polonia), fue beatificada la enfermera Hanna Chrzanowska, amiga de San Juan Pablo II que veló no solo por la salud física de los pacientes, sino también por su bienestar espiritual.
La ceremonia fue presidida por el Prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, quien afirmó en su homilía que "Hanna fue una linterna de luz en la oscuridad del dolor humano".
Un testimonio que también destacado este domingo por el Papa Francisco luego del rezo del Regina Coeli. La Beata Hanna Chrzanowska “dedicó su vida a cuidar a los enfermos, en los cuales veía el rostro de Jesús sufriente”. “Demos gracias a Dios por el testimonio de esta apóstol de los enfermos y esforcémonos a imitar su ejemplo”.
Blessed Hanna Chrzanowska, pray for us! pic.twitter.com/iOv1VSR9hS
— Church in Poland (@ChurchInPoland) 28 de abril de 2018
Hanna Chrzanowska nació el 7 de octubre de 1902 en Varsovia (Polonia), en el seno de una familia mitad protestante y mitad católica.
Según destacó Vatican News, era una persona que amaba la enfermería, la literatura y rezaba para cuidar el alma. Anna “daba importancia a la totalidad del ser humano”.
En su vida influyó su tía Sofía, también enfermera y fundadora del hospital pediátrico de Varsovia, donde la entonces niña se recuperó de la rubeola y experimentó “la delicadeza de las enfermeras”.
Procesja z darami podczas Mszy ?w. beatyfikacyjnej w @milosierdzie_pl. #HannaChrzanowska@EpiskopatNewspic.twitter.com/PLZgQU5Kve
— Arch. Krakowska (@ArchKrakowska) 28 de abril de 2018
“Desde pequeña Hanna había aprendido de sus padres a vivir los fundamentales valores humanos y cristianos. Esto la llevó a elegir la profesión de enfermera, primero como actividad filantrópica, luego como verdadero apostolado cristiano”, afirmó el Cardenal Amato en entrevista con Vatican News.
Sin embargo, en ese entonces la escuela de enfermería estaba cerrada y decidió inscribirse en la facultad de letras. Escribió cuentos y poemas que fueron los primeros pasos que la acercaron al Señor.
"A los 30 años, su vida tuvo un giro decisivo hacia la santidad, cultivada con la oración, con la comunión y la adoración eucarística, con ejercicios espirituales, con la recitación del Santo Rosario", afirmó el Cardenal Amato.
Para Hanna no bastaba cuidar a los pacientes en el hospital e inició las visitas domiciliarias, lo que llamó “enfermería abierta”.
The Catholic Church has a new Blessed: Hanna Chrzanowska, a Polish nurse, has been just beatified in the Sanctuary of Divine Mercy in Cracow-Lagiewniki. "Hanna was a lantern of light in the darkness of human pain" - said Cardinal Angelo Amato in his homily. pic.twitter.com/U7JEdr5BPp
— Church in Poland (@ChurchInPoland) 28 de abril de 2018
Sin embargo comenzó la Segunda Guerra Mundial y Hanna también se hizo cargo de los huérfanos, los desplazados y los judíos. Los oficiales nazis no tenían el coraje de detenerla a causa de sus orígenes alemanes y su estrecha colaboración con el Arzobispo de Cracovia.
Su amistad con Karol Wojtyla
Era 1957 y Hanna deseaba llevar su iniciativa de enfermerías abiertas a las parroquias. Para ello pidió ayuda al P. Karol Wojtyla, quien en 1958 sería nombrado Obispo Auxiliar de Cracovia.
La enfermera recordará siempre aquel primer encuentro en su diario, cuando el futuro Papa la miró en silencio y con una sonrisa graciosa que al principio le hizo enojarse.
Con el paso de los años el ya Arzobispo de Cracovia la acompañaría a encontrar a los enfermos, prácticas que luego serían habituales durante las visitas pastorales de San Juan Pablo II.
La ahora beata falleció el 29 de abril de 1973 en Cracovia.
En su funeral, el entonces Cardenal Wojtyla diría: “Gracias a ti, Hanna, que has vivido en medio de nosotros, que fuiste así, como eras, la encarnación de las bienaventuranzas de Cristo, especialmente la que dice: bienaventurados los misericordiosos”.
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