Según informó el 31 de mayo el diario de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, el evento definió un programa que resalta el diálogo interreligioso y la búsqueda de la paz y la libertad, sobre todo teniendo en cuenta los episodios de violencia y persecución contra los cristianos que ocurren frecuentemente.
La conferencia también eligió al nuevo comité directivo para los próximos cinco años, después de que en febrero, Mathews George Chunakara, un laico de la Iglesia católica siro-malankara en India fuera nominado como nuevo secretario general.
Los delegados expresaron la necesidad de que las diferentes denominaciones cristianas que peregrinan en Asia anuncien la paz y la justicia, y fortalezcan la lucha por erradicar cualquier tipo de discriminación y violencia, sobre todo contra las mujeres.
Por su parte, Guy Liagre, secretario general de la Conferencia de las Iglesias Europeas, compartió su testimonio con los delegados asiáticos, e indicó que en Europa también hay necesidad de trabajar por el diálogo ecuménico, asistir a los refugiados, proteger los derechos humanos, velar por el cuidado de la Creación y erradicar el extremismo religioso.
Por último, el ministro indonesio para la religión, Lukman Hakim Saifuddin, expresó su esperanza de que las religiones puedan jugar un papel cada vez más activo a favor de la auténtica tolerancia.
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