El IOR concluye el ejercicio 2014 con gran transparencia y en positivo
Tuvo un beneficio de 69’3 millones. La mejora de resultados con respecto al año pasado se debe a la mejor negociación de valores y a la disminución de los costos extras
Vatican City, 25 de mayo de 2015 (ZENIT.org) Rocío Lancho García | 13 hits
El Instituto para las Obras de Religión (IOR) ha cerrado el 2014 con un beneficio de 69’3 millones frente a los 2’9 millones del año pasado. La mejora del resultado --explican desde el Instituto-- se debe principalmente a la evolución de los resultados en negociación de valores y la disminución de los costos de operación de carácter extraordinario. Así la línea de transparencia emprendida por Benedicto XVI y profundizada por el papa Francisco, comienza a dar sus frutos.
A la espera de la respuesta de la Comisión Cardenalicia de este ente, el Instituto pretende destinar 55 millones de euros al presupuesto de la Santa Sede, en línea con lo destinado en 2014, y 14,3 millones a las reservas del Instituto. A día 31 de diciembre 2014 el IOR cuenta con 15.181 usuarios.
El IOR ha publicado este lunes, 25 de mayo, el Informe Anual 2014. Haciendo referencia al mensaje del santo padre Francisco que, en abril de 2014, reafirmó la centralidad de la misión del IOR para el bien de la Iglesia Católica, de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Instituto ha proseguido su fase de transformación.
Tal y como se recuerda en el comunicado de prensa publicado hoy, el Pontífice ha pedido al Instituto continuar sirviendo con atención y ofreciendo servicios financieros especializados a la Iglesia católica en todo el mundo, y al mismo tiempo, asistirle en su misión de Pastor universal. Con este fin --prosigue la nota-- la gestión del IOR estaba encargada de ultimar un plan que delinease el futuro del Instituto en línea con estas peticiones, plan elaborado en el 2014. Además, en el comunicado aseguran que se ha hecho una gran esfuerzo para afrontar las prácticas ilícitas que en el pasado han afectado al Instituto. Estos casos han sido denunciados a las autoridades vaticanas competentes.
“El plan estratégico a largo plazo para el Instituto gira en torno a dos objetivos principales: dar prioridad absoluta a las necesidades de nuestros usuarios ofreciéndoles servicios de calidad a nivel superior y volver menos arriesgadas las actividades del Instituto”, ha explicado Jean-Baptiste de Franssu, que preside el Consejo de Superintendencia desde julio del 2014. Además ha precisado que “todo se hace en estricto cumplimiento del marco normativo del Vaticano y en estrecha colaboración con la AIF, la autoridad de información financiera de la Santa Sede”.
El plan estratégico se funda en el trabajo de la Pontificia Comisión Referente al IOR y de la Pontificia Comisión sobre la Organización de la Estructura Económico-Administrativo de la Santa Sede (COSEA). Responder a las exigencias de los usuarios en presencia de cualquier condición de mercado está en el corazón de la estrategia futura y esta se perfila en dos aspectos. En primer lugar “sobre una mejora de la calidad total de los servicios y sobre la erogación de productos adecuados”. Y en segundo lugar, “hacer menos arriesgadas las actividades del IOR para garantizar y, eventualmente, aumentar la contribución económica que el Instituto ofrece cada año a la Santa Sede”.
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