El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España) bendijo un precioso mosaico de la Virgen de la Paloma, patrona de Madrid situado en la calle de la Paloma, en el centro de la capital y pidió que sea "fuente de gracia" para "todos los que contemplan su mirada".
El azulejo artesanal, elaborado con la imagen original de la Virgen de la Paloma, se sitúa en la calle Paloma número 21, en donde nació la devoción a esta advocación de la Virgen.
Durante la bendición de esta imagen, el Cardenal Osoro recordó que Dios puso en “1787 en manos de Isabel Tintero el lienzo de la Virgen de la Soledad para consolar a la ciudad de Madrid” y que posteriormente esta misma calle se convocaban “cada tarde a los madrileños al rezo del rosario”.
Por eso el Cardenal pidió a Dios que esta imagen de la Virgen de la Paloma “sea fuente de gracia para este barrio y para aquellos que al pasar contemplen su mirada. Que por intercesión de la Virgen protejas a nuestros hijos, a nuestras familias, a nuestros mayores”.
El Arzobispo de Madrid también recordó a los 4 fallecidos en la explosión que afectó de lleno a esta iglesia el pasado enero, entre ellos un sacerdote y un feligrés.
El párroco de la iglesia de la Paloma, el P. Gabriel Benedicto, aseguró durante la bendición del azulejo que el amor de los madrileños a esta advocación mariana nacida en el siglo XVIII empezó exactamente donde ahora está situado el mosaico.
Según recuerdan desde la Archidiócesis de Madrid, en la esquina entre la calle Solana y la calle Paloma, vivía Isabel Tintero, una sencilla mujer originaria de Móstoles, Madrid (España) que compró por pocas monedas un lienzo con la imagen de la Virgen a un niño que lo había encontrado entre un montón de escombros.
“En poco tiempo, el pueblo de Madrid empezó a rezar por las tardes el rosario frente a su portal”, precisó el P. Benedicto.
Además el sacerdote explicó que la imagen de la Virgen expuesta en la calle tiene como finalidad “hacer presente cómo y dónde nació. Pero también recordar a todos los transeúntes que están cerca de su santuario, donde se venera el lienzo, y ofrecerles la posibilidad de hacer un alto en el camino para mirar y pedir ayuda a la Virgen”.
La idea del P. Gabriel Benedicto es recuperar en el siglo XXI la tradición que surgió en este barrio castizo de rezar en la calle, primero ante el portal de Isabel Tintero, y más adelante en la capilla y recuperar así el espacio donde se congregaban espontáneamente los devotos de La Paloma.
La presidenta de la Congregación de la Santísima Virgen de la Paloma declaró al inicio del acto que “la Virgen de la Paloma está contenta hoy. En el año más dramático que ha vivido esta parroquia desde el tiempo de la guerra y nuestros mártires, Ella se abaja para consolarnos y decirnos todos los días, a todas las horas: “No temas. Estoy aquí. Soy tu Madre. Conozco tu soledad”. Y sale a la calle, salta la verja, para recordárnoslo con su mirada”.
El mosaico ha sido sufragado por los devotos de la Real Congregación de la Santísima Virgen de la Paloma, que además han presentado la primera “capilla itinerante de la Paloma”, con la que el próximo curso se quiere recuperar la antigua tradición de las hornacinas que se iban pasando entre los vecinos del barrio, llevando a la Madre de Dios a sus casas.
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