El Papa Francisco recordó a cuatro misioneras asesinadas en El Salvador en 1980 y destacó su ejemplo “para convertirse en fieles discípulos misioneros”.
“Estas mujeres vivieron su fe con gran generosidad. Son un ejemplo para todos para convertirse en fieles discípulos misioneros”, indicó el Santo Padre este 2 de diciembre.
Al finalizar la Audiencia General de este miércoles, el Pontífice señaló que el 2 de diciembre de 1980 dos monjas de Maryknoll, Ita Ford y Maura Clarke, la monja ursulina Dorothy Kazel y la voluntaria Jean Donovan “fueron secuestradas, violadas y asesinadas por un grupo de paramilitares”.
“Prestaban su servicio a El Salvador en el contexto de la guerra civil. Con empeño evangélico y corriendo grandes riesgos llevaban comida y medicinas a los desplazados y ayudaban a las familias más pobres”, advirtió el Papa.
Con ocasión del 40 aniversario de la muerte de estas cuatro misioneras estadounidenses, el subsecretario de la sección migrantes del Vaticano, Cardenal Michael Czerny, celebrará una Misa por la tarde en el “Oratorio del Caravita” de Roma.
El crimen ocurrió la noche del 2 de diciembre de 1980, cuando comenzaba la guerra civil de este país. Los guardias salvadoreños que fueron declarados culpables, quedaron libres en septiembre de 2001 al declarar que el crimen fue cometido "por órdenes superiores", pero ningún funcionario militar o policial de mayor rango fue sindicado o sometido a la justicia de El Salvador.
Los familiares de las religiosas presentaron en Estados Unidos una causa contra los generales retirados salvadoreños José Guillermo García y Eugenio Vides Casanova, que ejercían respectivamente los cargos de Ministro de Defensa y director de la Guardia Nacional en la echa de los crímenes; pero ambos fueron declarados inocentes por un jurado federal en junio del 2000.
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