El domingo 31 de mayo la Conferencia Episcopal de Honduras presentó el “Protocolo para el culto religioso en tiempos de la pandemia” del coronavirus.
Los casos de coronavirus en Honduras son 5.202 y hay 212 personas fallecidas.
“Con la finalidad de salvaguardar la vida humana y asegurar la salud espiritual de todos nuestros fieles, la Conferencia Episcopal de Honduras ha preparado el presente Protocolo, que habrá de observarse en la preparación y la celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos”, indica el texto.
El protocolo también se seguirá “en las reuniones y actividades de las parroquias, tomando en cuenta las medidas de higiene y bioseguridad necesarias, como un gesto de caridad y de solidaridad, mientras estamos en camino hacia el restablecimiento normal de las celebraciones litúrgicas”.
El texto considera cuatro etapas de aplicación. La primera consiste en que las personas pueden hacer una visita breve a las iglesias y participar en la Misa.
En esta etapa cada obispo debe decidir qué templos se abre y en qué horarios, entre lunes y viernes y entre las 6:00 a.m. y las 4:30 p.m. El aforo no podrá superar el 20% de capacidad del lugar y cada iglesia deberá estar debidamente señalizada.
Para entrar al templo se pide usar mascarilla y que en el ingreso haya gel antibacterial y se mida la temperatura de los fieles, procurando en lo posible que haya sillas para mantener una distancia de dos metros entre las personas.
Los templos deberán estar debidamente desinfectados y se desinfectará al final de cada Misa. Los sacerdotes deberán desinfectarse antes de dar la Comunión y la darán en el pasillo central de los templos.
Se pide asimismo que se abstengan de participar los “niños, las personas con capacidades diferentes, mayores de 70 años y personas con enfermedades de base graves (hipertensión, diabetes, asma, cáncer)”, las personas que tengan fiebre, gripe o influenza. Por eso también se solicita a los sacerdotes mayores de 70 años que celebren en privado.
Para las confesiones también se pide usar mascarilla y en el caso de la Unción de los Enfermos se procederá con el rito breve. En caso de atender a un enfermo con COVID19, se pide seguir las medidas sanitarias ordenadas por las autoridades.
En la segunda etapa, y una vez que termine la cuarentena, “se permitirá a los fieles asistir a los templos para las celebraciones eucarísticas dominicales y diarias, pero no de manera masiva”, manteniendo “el distanciamiento físico requerido entre las personas”.
En la tercera etapa se restablecerá “las reuniones de formación catequética y de pastoral, conservando estrictamente las normas y criterios organizativos y sanitarios”.
La cuarta etapa se refiere ya a la normalización de la vida pastoral ordinaria.
Ante la situación actual, los obispos decidieron prorrogar “la dispensa del precepto dominical, invitando a los hermanos a continuar cultivando nuestra vida espiritual, a través de la lectura de la Palabra de Dios en casa, el rezo del Santo Rosario y seguir la celebración de la Misa los domingos hasta que lleguemos a la etapa de normalidad”.
En otras indicaciones está la suspensión de procesiones, dentro o fuera del templo, así como las visitas turísticas, hasta llegar a la etapa 4.
Puede consultar el protocolo completo AQUÍ.
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