Luego que el Gobierno de Bolivia anunció la implementación de la “cuarentena condicionada y dinámica” en el país, la Conferencia Episcopal (CEB) entregó las recomendaciones sanitarias para el retorno gradual de la actividad pastoral.
“Desde la prudencia pastoral y, desde el principio de la defensa del valor de la vida y, por tanto, de la salud, se recuerda que el Decreto Supremo 4245 ha decidido continuar con la cuarentena nacional, dinámica y condicionada hasta el 30 de junio de 2020”, explicó la Secretaría General de la CEB el 29 de mayo.
En la normativa gubernamental se determina que los actos y ceremonias religiosas deben ser “con un máximo del treinta por ciento (30%) de aforo del lugar donde se desarrollen, garantizando el cumplimiento del distanciamiento físico, uso de barbijo y otras medidas de bioseguridad necesarias para evitar aglomeraciones y el contagio del Coronavirus (COVID-19)”.
Ante los 10.531 contagios por COVID-19 a la fecha, registrados por la Universidad de Johns Hopkins, la Secretaría de la CEB entregó una serie de recomendaciones a realizar “durante todo el tiempo que dure el estado de emergencia e independientemente de las condiciones de riesgo de cada municipio”.
“No puede haber celebraciones religiosas que conlleven aglomeración de fieles”, tampoco aquellas actividades que signifique “concentraciones masivas y desplazamientos”.
Continuarán suspendidas las “actividades de catequesis y reuniones de grupos” pero se pueden abrir los templos en horarios determinados para la “oración particular” de los fieles.
Asimismo, se debe promover “el rostro misericordioso de Dios” a través del cuidado de los enfermos, “atendiendo a los hambrientos y consolando a los que pasan momentos de soledad y temor, pero siempre con la debida prudencia y responsabilidad”.
Es importante que para la atención de los enfermos “se elijan y deleguen ministros que no están dentro de los grupos de riesgo” para “ejercer el ministerio con responsabilidad y prudencia”, precisó la Secretaría de la CEB.
En esa línea, “los sacerdotes deben cumplir con las medidas de prudencia emanadas de la autoridad sanitaria” al momento administrar el sacramento de la Unción de Enfermos. De igual forma, los diáconos, ministros extraordinarios de comunión y visitadores de enfermos.
En el instructivo de la CEB también se detalla la realización de exequias “sin Eucaristía”, “con la presencia de los familiares más cercanos y la bendición del féretro”.
En otro punto, la CEB alentó el teletrabajo en las dependencias eclesiales, así como la cita previa a reuniones.
“Solo cuando los casos de contagios en la región comiencen a descender, se considera prudente pasar al riesgo moderado”, precisó la Secretaría de la CEB.
Solo en ese contexto, “se podrá celebrar la Eucaristía con participación del 30% de la capacidad del templo” en horarios específicos. O bien, “donde sea posible sería conveniente celebrar la Eucaristía en el atrio del templo, es decir, al aire libre”.
“Para lograr el aforo del 30% de la capacidad del templo habrá que ser creativos y, con sentido común, contar con el ministerio de acogida y otros métodos adecuados, que no hagan que nadie se sienta discriminado”, explicó.
En esos casos, también se debe evitar los “saludos con contacto físico”, suprimir “los recipientes con agua bendita” y comulgar en la mano, entre otras medidas.
La Secretaría General de la CEB explicó que con estas directrices “pretende colaborar a los Obispos y fomentar la comunión entre todos, pero será cada uno en su jurisdicción quien debe decidir aplicarlas o adaptarlas a su condición de riesgo”.
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