En una carta obispos de Ucrania piden al Papa salvar identidad de Instituto Juan Pablo II

Los obispos ucranianos de rito latino escribieron una carta al Papa Francisco para pedirle que salve la identidad del Instituto Juan Pablo II de estudios sobre el matrimonio.

La carta está firmada por el presidente de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Romano-Católica en Ucrania, Mons. Bronislaw Bernacki, y dirigida también al prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Cardenal Kevin Joseph Farrell.

“Queremos expresar la profunda gratitud a Dios, por la persona y el servicio de San Juan Pablo II, en particular por su enorme contribución a la teología del matrimonio y de la familia”, señala el texto. “El signo visible de este ministerio fue ciertamente el Instituto Pontificio de Estudios sobre el matrimonio y la familia”, afirmaron.

En ese sentido, aseguraron que “en nuestra práctica pastoral de trabajo con las parejas jóvenes, inmersas en una concepción profana del cuerpo y de la sexualidad, son una ayuda particularmente significativa el ciclo de catequesis de San Juan Pablo II ‘Hombre y mujer los creó’, y también su ‘Teología del cuerpo’”.

Sin embargo, “en los últimos meses hemos notado con dolor, cómo esta gran obra, construida con la gracia de Dios por Juan Pablo II, pueda perder la propia identidad, y, en consecuencia, no llegar a cumplir la misión de su llamada”.

Los obispos expresaron que “no comprendemos el cese por parte del Instituto de eminentes profesores, como José Noriega Bastos, Livio Melina, Maria Luisa Di Pietro, Stanislaw Grygiel, Monika Grygiel, Przemyslaw Kwiatkowski e Vittorina Marini. Personas que han dedicado su existencia a actividades nobles e importantes, fueron tratadas según la cultura de la exclusión social”.

“Nos pone en alerta además la variación de los estatutos del Instituto mencionado y la modificación de su actividad”, añadieron.

En el texto, los prelados ucranianos recordaron un hecho que da luces “sobre el valor del Instituto” y que se remonta a los inicios de su misión.

“13 de mayo de 1981. El atentado contra el Santo Padre no permitió el inicio de su actividad. Creemos que, como entonces la Santa Virgen María venció al ataque del mal, también en esta ocasión en la cual –como señaló Sor Lucía de Fátima– el ‘campo de batalla decisivo’ de la lucha contra el mal está representado por el matrimonio y la familia, la Iglesia experimentará la victoria, también en esta específica dimensión, a saber la actividad del Instituto según la identidad designada por San Juan Pablo II”, expresaron.

Finalmente los obispos expresan: “Pedimos y nos confiamos a su intervención concreta. Creemos que el Instituto es un gran don para la Iglesia y contribuirá a reforzar, a santificar y a hacer crecer espiritualmente miles de familias”.

La carta fue escrita a iniciativa de la Comisión para la pastoral familiar y enviada también a los presidentes de las comisiones para las relaciones familiares de los episcopados de Europa.

Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en ACI Stampa.

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