El cuadro del pintor prerrenacentista se encontraba en una casa de la localidad de Compiegne, al norte de París (Francia) y representa a “El Cristo burlado”. La obra, realizada sobre madera de álamo, formaba parte de una serie de paneles en los que Cimabue plasmó escenas de la pasión de Jesús.
La familia desconocía el valor del cuadro que estaba en un pasillo entre el salón y la cocina. Así, la anciana, que no supo explicar cómo llegó a su vivienda, había llevado la obra a la casa de subastas Actéon creyendo que era un pequeño ícono sin valor.
Actéon trasladó la pintura al gabinete de expertos Turquin, especializado en maestros antiguos, el cual confirmó la autenticidad del ícono como obra de Cimabue y anunció su subasta para el próximo 27 de octubre en Senlis, en la que será la primera venta de un cuadro de este pintor italiano en décadas.
Según se informó, hasta el momento solo se conocían dos esas escenas de la serie pintada por Cimabue. Una era la Flagelación de Cristo, que está conservada en la colección Frick de Nueva York, y otra una imagen de la Virgen que está en la National Gallery de Londres.
El gabinete Turquín dijo que la atribución a Cimabue es "evidente" por el parecido que tiene con otras de sus obras. Además indicó que las pruebas de infrarrojos muestran que su estado de conservación es excelente.
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