El sacerdote eritreo afincado en Roma, P. Mussie Zerai, solicitó el nombramiento de un nuncio para Eritrea que pueda mediar en la crisis entre la Iglesia y el Estado después de que el gobierno cerrara 29 centros médicos gestionados por la Iglesia católica y amenazara con cerrar escuelas.
El pasado mes de junio, el ejército de Eritrea, país del este de África fronterizo con Sudán, Etiopía y Yibuti, ocupó 29 hospitales y centros de salud católicos por orden del Gobierno con el argumento de que la labor de la Iglesia debe limitarse al interior de los templos.
Ahora, el gobierno amenazó con cerrar también las escuelas católicas. Durante una conversación con ACI Prensa, el P. Zerai, que ejerce de Coordinador en Europa de los católicos de Eritrea, explicó que “estamos esperando el nombramiento de un nuevo nuncio, porque el que teníamos fue trasladado a Kenia”.
“Este vacío, la ausencia de un nuncio, no facilita el diálogo con el gobierno. Falta el diplomático que debería sostener la relación entre la Santa Sede y el gobierno eritreo. Una vez tengamos nuncio, veremos qué puede hacer la Santa Sede. No será fácil con un gobierno de esta naturaleza”.
El P. Zerai recordó que el gobierno de Eritrea es un gobierno de carácter “comunista y ateísta, para el que las religiones deben ser toleradas sólo hasta un cierto punto”.
Además, “el gobierno aprobó en 1995 una ley que impedía a las religiones desempeñar una actividad social, es decir, gestionar escuelas, sanidad, o emprender proyectos de caridad hacia los pobres. Pero la Iglesia católica no ha aceptado nunca que se le impida poner en práctica el mandamiento de Jesús de amar al prójimo como a uno mismo”.
Por ello, “la Iglesia, hasta ahora, ha tratado de hacer aquello que es su deber y llevar adelante su misión. Por eso, el pasado mes de junio el régimen decidió cerrar todos los centros sanitarios gestionados por la Iglesia católica: clínicas, hospitales, centros médicos… En total 29, y ahora existe el riesgo de que también cierren las escuelas, que son más de 50 entre elementales, medias y superiores, además de alrededor de 100 guarderías que la Iglesia gestiona por todo el país, sobre todo en las zonas más remotas, las zonas donde ni siquiera llega la presencia del Estado con sus estructuras”.
Por lo tanto, “la Iglesia garantizaba un servicio muy útil a la población, pero el gobierno está tratando de limitar esa acción, la misión de la Iglesia”.
Según señaló el P. Zerai durante la entrevista, Eritrea sufre la limitación de todos los derechos fundamentales. “Los católicos viven una libertad religiosa limitada, pero también las otras libertades fundamentales son negadas: no hay libertad de prensa, no hay libertad de movimiento, no hay libertad de asociación… La Constitución nunca llegó a entrar en vigor, por lo que incluso falta una ley fundamental que garantice los derechos y deberes de los ciudadanos”.
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