El 2 de marzo se cumplen 8 años del asesinato de Shahbaz Batti, el primer cristiano en Pakistán en ser nombrado ministro para las Minorías Religiosas.
Bhatti había recibido numerosas amenazas de radicales musulmanes después de mostrar su rechazo público a la ley antiblasfemia y apoyar a Asia BIbi, la madre cristiana que había sido condenada a muerte por un supuesto caso de blasfemia en el año 2010.
Ante esa situación Bhatti hizo público un vídeo en el que aseguraba que “por liderar esta campaña contra las leyes basadas en la sharía y para la abolición de la ley de blasfemia, alzando la voz por los cristianos y otras minorías oprimidas, marginadas y perseguidas, los talibanes me han amenazado”.
Además manifestó de manera pública su fe en Jesucristo, sabiendo las consecuencias terribles que podrían tener para su vida. “Sé cuál es el significado de la cruz, y la sigo”, aseguró.
El 2 de marzo de 2011 tres hombres se aproximaron al coche en el que viajaba Shahbaz Bhatti, le dispararon durante dos minutos y junto al cadáver dejaron panfletos donde se referían a Bhatti como un “cristiano infiel” y estaban firmados por “Taliban al-Qaida Punjab”.
Era el único cristiano del gabinete de Pakistán, país en donde el 95% de la población es musulmana.
En el año 2016, cinco años después de la muerte de Bhatti, los obispos de Pakistán anunciaron el inicio de las investigaciones para la apertura de la causa de beatificación del ministro cristiano.
El pasado 30 de noviembre de 2018 el Papa Francisco recibió a la Asociación Misión Shahbaz Bhatti en el Vaticano y aseguró que su testimonio “y de otros mártires de nuestro tiempo, valga para decir la fe humilde y valiente en el Señor Jesús y la capacidad de colocar amor donde hay odio”.
“Uno de los frutos del sufrimiento de los cristianos es la multiplicación de grupos y asociaciones –como la suya– que tienden puentes a través del mundo, superando diferencias de idioma, cultura y a veces también de religión”, aseguró el Papa Francisco durante ese encuentro.
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