En entrevista concedida a ACI Prensa, Razo explica que ha convertido la magia en una herramienta para evangelizar porque “es un arte escénico que logra captar la atención de las personas inmediatamente. Los lleva a recordar un momento de su infancia, los hace sonreír y así tienen el corazón dispuesto a recibir porque están contentos”.
Este joven de 24 años usa la Biblia y la doctrina de la Iglesia como base de sus presentaciones para lograr que “la gente salga con el propósito de hacer acciones concretas e irles mostrando que si realmente creen en Dios su vida puede cambiar. No quiero que solamente digan que el espectáculo está bonito”.
Kyrio tiene distintos formatos de acuerdo a las personas ante quienes se presenta. A los niños les predica sobre temas como la obediencia y el respeto; mientras que a los jóvenes y adultos les habla sobre el aborto, las adicciones, la violencia familiar,el bullying, la misericordia, entre otros.
Su nombre artístico, Kyrio, lo tomó de su primer grupo parroquial que se llamaba Kyrios. Esta es palabra griega que significa “el Señor” y el joven le quitó la letra s porque “no pretendía ser el Señor”.
Miguel creció en una familia católica y siendo adolescente se alejó de la Iglesia. A los 18 años tuvo una novia evangélica que quiso convertirlo a su credo. Para refutar sus argumentos comenzó a leer la Biblia y gracias a eso tuvo un encuentro personal con Jesús y se unió a un grupo parroquial donde comenzó a formarse.
El joven recuerda que su pasión por la magia surgió un día que, mientras cenaba con su padre, vio a un hombre haciendo trucos. Quedó impresionado y se dijo “yo quiero hacer eso”.
Miguel Razo, que también es administrador de profesión, ha colaborado con reconocidos magos a nivel nacional como Mara Escalante, Arath de la Torre, Rodrigo Murray y Odiseo Bichir.
Su motivación para participar en los espectáculos era “estar en contacto con el público y transmitirle valores”.
Una de las primera veces en las que integró el apostolado con la magia, relató a ACI Prensa, fue cuando lo invitaron a participar de un retiro para 200 niños. Miguel llevó algunos implementos pero el coordinador del evento le dijo que no eran necesarios.
Entonces “el Señor hizo una revolución en los niños, no se quedaban quietos”. Para calmarlos, Kyrio hizo algunos trucos con la “condición de que me respondieran sobre el tema que tratábamos”. “A partir de ahí le dije al Señor: ‘Si tú me ayudas y me dejas combinar esto (la magia) y ponerla a tu servicio quiero hacerlo toda mi vida’”, manifestó.
“Al inicio no fue fácil” porque “la magia lleva a pensar en el esoterismo o la brujería”, indicó. Por ello pidió ayuda a su párroco y guía espiritual, el P. Eligio Luna Vega, que al inicio cuestionaba su actividad.
Miguel se propuso demostrarle “que evangelizar con la magia era algo bueno”. Así que se concentró en fundamentar y pulir el espectáculo. Fue entonces cuando el sacerdote le pidió al joven mago que hiciera una presentación en la parroquia y poco a poco fue llegando a otras iglesias.
Actualmente Miguel Razo colabora con Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, ex capellán de la antigua Basílica de Guadalupe, realizando catequesis diarias.
También ha fundado la Asociación de Ilusionistas Mexicanos Promoviendo Valores, que incluye a otros magos y payasos. Juntos desarrollan un proyecto llamado “No a la violencia como por arte de magia” para “concientizar a los mexicanos sobre los valores”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 27 de noviembre de 2015
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