Fue un gran confesor, tenía el don de profecía, recibía ataques físicos del demonio y vivió entregado a la mortificación y la oración. Este año se celebran los 200 años de su ordenación sacerdotal (13 de agosto de 1815).
Cercanos a su fiesta litúrgica, que es cada 4 de agosto, aquí una novena en honor al patrón de los párrocos.
Día primero: Fe ardiente.
San Juan María Bautista Vianney, tú naciste de una madre profundamente religiosa; de ella recibiste la santa Fe, aprendiendo a amar a Dios y a rezar. Ya a temprana edad se te pudo ver arrodillado delante de una estatua de María. Tu alma fue arrebatada de forma sobrenatural hacia las cosas más elevadas. A pesar del alto coste respondiste a tu vocación.
Contra muchos obstáculos y contradicciones tuviste que luchar y sufrir para llegar a ser el perfecto cura que fuiste. Pero tu espíritu de profunda fe te sostuvo en todas estas batallas. Oh gran santo, tú conoces el deseo de mi alma. Quisiera servir a Dios mejor. De Él he recibido muchas buenas cosas. Por esto, obtén para mí más valor y especialmente una profunda fe.
Muchos de mis pensamientos, palabras y acciones son inútiles para mi santificación y mi salvación porque ese espíritu sobrenatural no impulsa mi vida. Ayúdame a ser mejor en el futuro.
Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mí durante esta novena y especialmente por… (mencione aquí en silencio sus especiales intenciones). Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Las oraciones para los siguientes días en: https://www.aciprensa.com/asacerdotal/novena.htm
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