4 de enero de 2023 / 6:39 a. m.
Una experta de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Cayetana H. Johnson, explica cómo los relatos de Marco Polo dan la clave para conocer la ruta que siguieron los Reyes Magos desde Oriente hasta Belén, para adorar al Niño Jesús.
El capítulo 2 del Evangelio según San Mateo relata cómo “habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén” y preguntaron por el Rey de los judíos.
Herodes pidió a los Magos que fueran a Belén y volvieran con la información sobre el lugar, pues temía perder su trono. Después de adorar al Niño “habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino” (Mt. 2,12).
La profesora de Lengua Aramea y Hebrea y arqueóloga Cayetana H. Johnson detalla que “se puede establecer cuáles fueron las rutas seguidas por nuestros sabios persas gracias al relato del comerciante Marco Polo”.
En 1298, el viajero dejó escrita en “Los viajes de Marco Polo, el veneciano” alguna información que recopiló durante sus viajes relativa a los Reyes Magos del Evangelio:
“Antiguamente, tres reyes de aquel país fueron a adorar a cierto rey nacido y llevaron consigo tres ofrendas, a saber, oro, incienso y mirra: oro para que supieran si era un rey terrenal; incienso, para que supieran si él era Dios; y mirra, para que supieran si era hombre mortal”.
En sus viajes Marco Polo también encuentra vestigios de los magos en la ciudad de Saba (actual Saveh, al suroeste de Teherán). “Según la tradición local, ahí están enterrados ‘los magos que vinieron a adorar a Cristo en Belén’, en la descripción del explorador”, afirma Johnson.
¿Por dónde fueron los magos a Belén?
La arqueóloga expone a ACI Prensa que “el viaje desde Persia a Belén solo podía ofrecer dos rutas por la presencia del Gran Desierto de Arabia”.
Por el norte se bordea el desierto “por la línea del río Éufrates, para llegar hasta Edessa, girar hacia Damasco y bajar por el Camino del Rey, cuyo trazado discurre paralelo al río Jordán para terminar en el golfo Pérsico”.
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La otra opción consistía en cruzar el desierto para llegar a Petra, capital de los nabateos, junto al Mar Muerto.
Para Cayetana H. Johnson, lo más probable es que tomaran la primera ruta debido a que, según el relato bíblico, visitaron a Herodes el Grande, que se encontraría en Jericó donde tenía sus palacios de invierno.
Y desde el Camino del Rey de esta ruta norte, salían varias vías de comunicación hacia el Mediterráneo, la principal de ellas, hacia Jericó.
¿Cómo volvieron?
Siguiendo el Evangelio según San Mateo, sabemos que los magos no volvieron por el mismo camino, avisados en sueños de las malas intenciones del rey Herodes: “Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino” (Mt. 2, 12).
Johnson detalla que “Herodes seguramente sabría si los magos estaban de vuelta en la ciudad de Jerusalén si regresaban a casa por donde vinieron” porque si rodeaban la capital judía, y se acercaban a Jericó, “los contactos locales del área del palacio de invierno del Rey seguramente le informarían”.
Para poder evitar al celoso monarca, “el camino de vuelta resultaba costoso y llevaba más tiempo, por tanto, se convertía en todo un desafío”. La única opción era atravesar el desierto de Arabia.
“Al sur del Mar Muerto, el Camino del Rey se dirigía a Petra, luego al este en la ruta parta del sur a través del desierto de Arabia hacia el centro de Persia”, detalla la experta.
Para llegar allí desde Belén “el acceso a la ruta comercial del sur de los partos se hizo a través de la Ruta de los Patriarcas”, la única que atraviesa el país de norte a sur y “llegaba hasta Hebrón tras cruzar Belén”.
Desde ahí se conectaba con la Ruta de las Especias hasta el sur del Mar Muerto. Allí, por el Camino del Rey, se llegaba a Petra.
Los Magos podían haber tomado otras alternativas más cortas, pero hubieran supuesto un viaje más difícil “con menos puestos comerciales y mayores riesgos”.
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