15 de enero de 2023 / 5:31 p. m.
Frank Pavone, director nacional de Priests for Life, sí fue notificado de su reciente laicización. Así lo reveló un funcionario diocesano, contradiciendo las repetidas afirmaciones del ex sacerdote de no haber recibido el decreto del Vaticano que lo expulsa del estado clerical.
Un funcionario de la Diócesis de Amarillo, en Texas, que pidió no ser identificado por su nombre, le dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que “se siguió el proceso canónico, incluidas las notificaciones físicas y electrónicas [de su laicización] en su debido momento”.
El relato del funcionario contradice las declaraciones anteriores de Pavone a CNA y otros medios, en las que afirma que no recibió notificación formal.
Pavone, quien planea realizar una conferencia de prensa el viernes 20 de enero, antes de la Marcha por la Vida en Washington DC, le dio a CNA una respuesta diferente el jueves cuando se le preguntó sobre la declaración del funcionario diocesano.
“No tengo idea de lo que me enviaron. La comunicación se rompió hace mucho tiempo”, escribió en un correo electrónico del 12 de enero. “Es posible que de hecho hayan enviado algo. Simplemente no lo vi”.
CNA dio a conocer la noticia de la laicización de Pavone el 17 de diciembre de 2022. Ese día, Pavone indicó que era la primera vez que escuchaba del decreto del 9 de noviembre de 2022, emitido por el Dicasterio para el Clero.
El documento citaba las “comunicaciones blasfemas” de Pavone en las redes sociales y la “desobediencia persistente de las instrucciones legales de su obispo diocesano”, sin proporcionar detalles específicos.
La información estaba contenida en una carta que el Arzobispo Christophe Pierre, el Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, envió a los obispos del país.
“¿Cómo se enteró CNA de esto antes que yo?”, Pavone preguntó en ese momento, y luego agregó que la consulta de CNA fue “la primera comunicación que recibí sobre esto”.
Cuatro días después, en una entrevista con el programa de YouTube “Verdad, Cultura, Vida”, Pavone dio declaraciones similares cuando le preguntaron si todavía era sacerdote.
“No he recibido nada… No puedo mostrarles una carta o un papel que me diga que me han retirado del sacerdocio”, comentó.
“No tengo instrucciones. No me dijeron 'Oh, tú, ya sabes, no puedes vestirte como un sacerdote. No puedes llamarte Padre. No puedes celebrar Misa'. No me han dicho nada de eso”, agregó Pavone, quien dio declaraciones similares a otros medios de comunicación.
(El artículo continúa después)
El hecho de que Pavone, una figura bien conocida en el movimiento provida y con leales seguidores en redes sociales, incurririera en una sanción canónica tan severa, y luego no haya recibido ningún aviso formal, avivó las críticas de sus partidarios contra el Vaticano.
Según informes, una campaña en línea que pide su reincorporación al sacerdocio ha obtenido unas 45.000 firmas.
El funcionario de Amarillo que habló con CNA no aclaró cuándo la diócesis le informó a Pavone que ya no podía ejercer el sacerdocio. Sin embargo, el último jueves Pavone todavía decía no saber nada sobre la notificación oficial.
“Bueno, pueden decir que 'me informaron', pero esa declaración por sí sola ignora todo el contexto y el hecho de que la comunicación fue abusiva, rota, deshonesta, durante años”, escribió en un correo electrónico.
“Una vez más, la gente tiene que entender que nada de esto era normal”, añadió.
Pavone volvió a referir a CNA a un relato extenso que publicó en su sitio web, el cual detalla sus conflictos pasados con el Obispo de Amarillo, Mons. Patrick Zurek, y otros líderes de la Iglesia. Pavone señaló que los conflictos con Zurek llegaron al punto en que le pidió a la diócesis que no lo contactara más.
“Le dije al obispo que no lo hiciera. Y el Vaticano lo sabía”, comentó a CNA.
“Esta no era una relación normal. Fue abuso. Si dicen que enviaron algo, están admitiendo haber violado un conjunto de instrucciones muy graves y de larga data para dejar de abusar y acosarme”, dijo.
“Ese abuso obviamente continúa, y por lo tanto nuestros recursos canónicos y civiles también continuarán”, agregó.
Los conflictos de Pavone con el Obispo Zurek se han centrado en las operaciones fiscales de Priest for Life, las publicaciones provocativas de Pavone en las redes sociales y sus roles previos en las campañas presidenciales de Donald Trump.
En especial, el respaldo público de Pavone a Trump justo antes de las elecciones de 2016, cuando el activista provida colocó los restos de un bebé abortado en una mesa que muchos creían que era un altar.
Pavone, por su parte, sostiene que Mons. Zurek y otros han tratado de socavarlo a él y a su ministerio provida a lo largo de los años debido a su franqueza sobre el tema del aborto y sus duras denuncias del Partido Demócrata.
Sin embargo, incluso el Vaticano “se dio cuenta de que la relación y la comunicación con Amarillo se rompieron sin posibilidad de reparación”, escribió Pavone en un correo electrónico el jueves.
Se refirió, además, al permiso que recibió del Vaticano en 2019 para transferirse a la Diócesis de Colorado Springs, que Mons. Zurek rechazó.
“Así que no se esperaba que me llegaran documentos”, comentó, refiriéndose a cualquier notificación que la Diócesis de Amarillo le haya enviado sobre su laicización.
“La Diócesis y el Vaticano saben muy bien cómo comunicarse con mi equipo”, agregó, citando instrucciones que dijo haber recibido del Nuncio de Estados Unidos, indicándole a Pavone que no podía oficiar la Misa fúnebre reciente de su padre.
'Ánimo personal'
Originalmente sacerdote de la Arquidiócesis de Nueva York, Pavone, ahora de 63 años, se transfirió a la Diócesis de Amarillo en 2005. Permaneció incardinado allí, lo que significa que sirvió como sacerdote bajo la autoridad del obispo local, hasta su laicización a fines del año pasado.
Si bien continuó celebrando Misa en línea durante semanas después del decreto del Vaticano, Pavone ahora se hace llamar “Frank Pavone” en todos sus canales de redes sociales. Su foto de perfil en los diferentes canales de redes sociales ha cambiado de una foto suya con collar sacerdotal y un sombrero rojo, a diferentes fotos sin el collar. Pavone ha manifestado que planea apelar su caso ante el Papa Francisco y su sucesor, si es necesario, para ser reintegrado.
Ni Mons. Zurek ni la diócesis han emitido declaraciones públicas sobre el caso de Pavone, aunque ha publicado la carta del Arzobispo Pierre a los obispos en su sitio web, sin comentarios.
El decreto del Vaticano no tiene relación con las operaciones de Priests for Life, una organización provida que se mudó de Nueva York a Titusville, Florida, en 2016. Pavone se ha desempeñado como su director nacional desde 1993.
Pavone ha hecho circular un par de cartas que, aduce, respaldan sus afirmaciones de que el Obispo Zurek estaba decidido a deshacerse de él.
Una de las cartas fue escrita en marzo de 2016 por el difunto Mons. Harold Waldow, entonces vicario del clero de Amarillo, dando fe de la “animosidad personal” que exhibió Mons. Zurek hacia Pavone.
“He sido testigo de ocasiones en las que el Obispo Zurek estuvo presente en una variedad de reuniones (…), durante las cuales aparecía el nombre del P. Pavone”, escribió Mons. Waldow.
“El Obispo Zurek a menudo aprovecha estas ocasiones para revelar la naturaleza tóxica de su relación con el P. Pavone. Hace comentarios públicos sobre asuntos delicados relacionados con él. En más de una ocasión ha tergiversado seriamente la situación real con sus comentarios”, continuó.
“Si bien hubo ocasiones en las que tuve que hablar con él sobre temas delicados, incluso desagradables, el P. Pavone, en mi experiencia, demostró ser un sacerdote eficaz y generoso, completamente dedicado al ministerio, especialmente al ministerio provida. He visto los frutos de su ministerio en la diócesis y en otros lugares de la escena nacional e internacional”, escribió Mons. Waldow.
“Es en este contexto que alenté al P. Pavone a dejar la diócesis y colocarse más allá del impacto de la animosidad personal del Obispo Zurek hacia él, para que pudiera continuar floreciendo como sacerdote y que los frutos que había visto personalmente pudieran continuar madurando”, acotó.
'Frank, eres incorregible'
Una segunda carta, fechada el 5 de mayo de 2017, poco más de un año después de la de Mons. Waldow, es de Mons. Zurek. El obispo escribió que buscaría la laicización del sacerdote si Pavone no presentaba voluntariamente su propia solicitud para ser destituido del estado clerical. Mons. Zurek le dio a Pavone 15 días para responder.
“Es con gran pesar, pero también con absoluta frustración contigo que escribo esta carta”, comenzaba Zurek, y citó el “comportamiento escandaloso”, la “participación en política partidista”, la “desobediencia persistente” y la “falta de respeto por la autoridad, el control y la supervisión eclesial legítimos” de Pavone.
Gran parte de la carta se refiere al episodio de 2016 que trata sobre los restos del bebé abortado.
“He recibido cientos de correos electrónicos, muchas llamadas, cartas y notas de católicos, no católicos” y no cristianos, escribió Zurek. “Todos estaban indignados, horrorizados y profundamente escandalizados por sus acciones. Ha resultado en un daño grave”.
Zurek también citó la “retórica partidista a favor de un candidato político y un partido” de Pavone, que según el obispo era una violación del derecho canónico.
“Frank, eres incorregible. No tienes respeto por mí, mi oficina, mi autoridad, mi supervisión. He estado lidiando con tu desobediencia y comportamiento escandaloso durante años. No hay nada más que pueda hacer contigo”, escribió Zurek.
“En buena conciencia, ni siquiera consideraré permitirle excardinarlo a otra diócesis”, concluyó el obispo.
“Simplemente continuaría siendo desobediente y actuaría de manera escandalosa, como lo hizo en su excardinación de Nueva York a la Diócesis de Amarillo. Mi predecesor, el Obispo Yanta, me dijo que lamenta profundamente haberlo incardinado en la Diócesis de Amarillo”, agregó.
En un comunicado el jueves, Pavone afirmó que Zurek nunca investigó completamente los hechos del incidente de 2016 y tergiversó sus otras supuestas infracciones.
Pavone indicó que las dos cartas, en conjunto, brindan una imagen más completa de lo que condujo a las medidas drásticas del Vaticano en su contra. Y se mantuvo firme en sus declaraciones anteriores de que no vio ninguna notificación oficial de su laicización.
“Mis comentarios públicos son consistentes con lo que dice el funcionario aquí. Simplemente he estado diciendo que yo, personalmente, no he visto el decreto, ni mi equipo canónico tampoco”, afirmó.
“Pero nuevamente, tanto la diócesis como el Vaticano sabían de mi comunicación al obispo, de que cualquier esfuerzo adicional para contactarme directamente sería considerado y tratado como acoso”, agregó.
“En mi experiencia, esto no fue un proceso; fue un abuso, y las autoridades deben respetar eso, ya sea que estén de acuerdo o no”, concluyó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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