16 de enero de 2023 / 7:03 p. m.
El P. Esteban Robles, vocero de la Diócesis de Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa, reveló cómo la Iglesia Católica salió al encuentro de los pobladores de Jesús María, tras la reciente captura de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín “el Chapo” Guzmán.
En declaraciones para EWTN Noticias, el P. Robles señaló que tras la incursión militar y policial que logró la captura de Guzmán, conocido como “el Ratón” y que sería uno de los cabecillas del Cartel de Sinaloa, cuando los pobladores de Jesús María empezaron "a salir, el primer lugar al que asistieron fue al templo”.
“Jesús María es un lugar pequeño, tienen una capilla. Y ese fue el primer lugar al que las personas acudieron, buscando esperanza, buscando el refugio espiritual”, indicó el sacerdote mexicano.
Ovidio Guzmán fue capturado el 5 de enero de este año, en el marco de un operativo realizado entre el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en la localidad de Jesús María, a unos 50 kilómetros al norte de Culiacán.
El arresto de Ovidio Guzmán causó una ola de violencia en Culiacán y en otras ciudades de Sinaloa, llevando a que el Estado suspenda las actividades laborales y pida que los ciudadanos se mantengan en casa.
Guzmán fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad El Altiplano, mientras la justicia mexicana analiza un pedido de extradición a Estados Unidos.
Según comenta el P. Esteban Robles, asistir a las poblaciones víctimas de violencia “para nosotros como sacerdotes es un reto”, y señaló a otros estados que viven amenazados por el crimen organizado, como Guerrero, Michoacán y Zacatecas, “donde el índice de violencia ha ido en aumento estrepitosamente”.
“Creo que nuestra labor es dar esperanza”, dijo, y señaló que “las personas tienen este deseo de acercarse más a Dios”.
El vocero de la Diócesis de Culiacán informó también que a Jesús María fue “el sacerdote encargado a celebrar la Santa Misa, y junto con él van otros más, otros voluntarios y asesores de Cáritas para auxiliar a estas personas que lo necesitan”.
“Podemos decir que el ambiente en el que se vive allí, pues sí es de miedo, de impotencia, de necesidad real. Entonces, a esas personas hay que ir en estos momentos”, expresó.
Tras la captura de Guzmán y la violencia desatada en el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano invitó "a todo el pueblo de México a unirse en una intensa y especial jornada de oración el 6 de enero, pidiendo a Dios que toque el corazón de quien hace daño a sus propios hermanos”.
Los obispos mexicanos pidieron asimismo “a todo grupo criminal recapacitar ante el dolor y el sufrimiento que ocasionan a sus propios hermanos”.
(El artículo continúa después)
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