“La fe de los gracitanos” es un nuevo documental sobre la devoción a Nuestra Señora de Altagracia en Venezuela. Esta producción se realizó con donaciones y su director, Robinson Alaña, la considera “una ofrenda a la Virgen” que alienta la evangelización.
“Todo fue hecho con donaciones de personas del mismo pueblo (Los Puertos de Altagracia en Zulia, Venezuela). Solo se pagó una pantalla que, curiosamente, no pertenece a un proveedor local”, explicó Alaña a ACI Prensa.
Por ejemplo, indicó, “mis cámaras se usaron sin cobrar nada a nadie. El audio se hizo en un estudio de grabación donde donaron todas las horas de trabajo. Solo se gastó dinero en algunas impresiones de volantes y los financió mi productora, es decir, yo mismo. Esta producción es una ofrenda a la Virgen, mi madre del cielo”.
Todo comenzó cuando Alaña asistió a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro en 2013. Allí comenzó a hacer fotografías con su primera cámara y al volver a Venezuela comenzó a cubrir “de manera espontánea todas las actividades de las fiestas patronales de la advocación. Vecinos del sector y hermanos en Cristo comenzaron a compartir las imágenes y ya era común verme entre las procesiones haciendo las fotografías y videos”.
“En 2018 crece en mí la vocación de hacerle esta ofrenda a la Virgen. Pensé que alguien debía contar su historia, como las señoras que fueron parte de la sociedad ‘hijas de María’ que podían ayudarme. Contacté al cronista de la ciudad, el señor Julio Franco e investigué por mi cuenta otras fuentes”.
El documental se estrenó en la parroquia Nuestra Señora de Altagracia, en la Diócesis de Cabimas, el 25 de diciembre de 2019, un día antes de la fiesta de la Virgen el día 26.
“Usé imágenes de archivo y entrevistas a distintas personas que han dejado un legado en la historia de la Iglesia en el pueblo. Siento que no fui yo, fue la Virgen. Que ella misma quiso contarnos cómo llegó a este lado de mi país”, dijo Alaña.
La Virgen de Altagracia, patrona de República Dominicana, comienza su historia en el estado venezolano de Zulia en el año 1715 cuando en la región no había sacerdotes.
Los lugareños cruzaron el lago para llegar a Maracaibo y le pidieron al Obispo Francisco del Rincón el permiso “para construir un templo y solicitar un sacerdote porque muchos niños morían cruzando el lago para ser bautizados o los fallecidos eran enterrados sin las exequias”.
El permiso fue concedido porque los fieles ya tenían una imagen, tenía más de 100 años de veneración, que llegó a Zulia gracias a los frailes agustinos.
“Una vez constituida la parroquia, se comienza a fomentar la devoción a la advocación a través de congregaciones en su honor. El pueblo en ese momento no tenía el nombre actual. Tuvo más de 6 nombres y finalmente lo llamaron ‘Los Puertos de Altagracia’ en honor a la Virgen”, dijo Alaña a ACI Prensa.
Sobre lo que espera de este documental, el director destacó que “sin duda alguna, la evangelización. María Santísima fue la principal acompañante de los discípulos para evangelizar luego de que Jesús partiera. Hoy, la Virgen nos sigue llamando a esta misión”.
Alaña comentó además que esta es su primera producción y que cree que su carrera “la debo a la Iglesia. Es un documental que vale la pena ver. Son 48 minutos narrando sueños, vivencias, amores y tragedias, y también es un documental que refleja un poco de mi vida”.
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