Cuando tenía 17 años, Kristi Kollar quedó embarazada producto de una violación. Luego de batallar contra los problemas económicos y la crítica de los más cercanos, le dijo sí a la vida de la pequeña Adeline, que es ahora “la luz y el propósito” de su vida.
A través de la plataforma provida Salvar El 1, Kristi cuenta que la persona que la violó era amigo suyo. Él era una “un manipulador del que no me podía deshacer. Era el tipo de persona que amenazaba con suicidarse” y culpaba a los demás de no apoyarlo, relata la joven madre.
Ella vivió una historia de terror cuando su amigo la violó. Para cometer su crimen, el joven la sujetó del cuello en la parte trasera de su camioneta asfixiándola, haciendo que su cuerpo se estremeciera totalmente fuera de control.
Kristi estaba en su último año de preparatoria en Montana (Estados Unidos), “y acababa de ser aceptada en la universidad de mis sueños en Nueva York”. Un año antes, su padre y ella se habían quedado sin hogar debido a un incendio y afrontaron la muerte de personas que amaban.
“Si existía un momento que fuera el tiempo ‘equivocado’ para quedar embarazada, era este. ¿Cómo podía poner más carga sobre mi papá cuando ya estaba lidiando con tanto? ¿Qué pasaría con la universidad?”, se preguntaba Kristi.
La joven madre estudiaba en una escuela privada cristiana y en ella era parte de diversas actividades extracurriculares, donde muchas niñas pequeñas la admiraban. “¿Qué tipo de ejemplo sería para ellas?”, se cuestionaba.
Estos pensamientos la acompañaron durante los siete meses en los que escondió su embarazo. Pero el aborto nunca fue una opción, ella sabía que “tenía una pequeña persona viviendo en mí. Una vida”, y nada era su culpa.
Kristi siempre ha sido provida, y a pesar de las dudas que la asaltaban, sobre su graduación y sus estudios en la universidad, estaba segura que no podía matar a un bebé solamente porque no era parte del plan de vida que ella tenía.
“Recuerdo haber escrito un ensayo provida (como lo hacía cada año) cuando tenía 20 semanas de embarazo. Recuerdo sus pequeños piecitos pateándome y su hipo mientras escribía. De pronto me detuve y me di cuenta que en ese punto de mi embarazo aún es legal terminar con una vida. No podía imaginar sentir una vida preciosa tan activa dentro de mí y aún negar su legitimidad”, señala Kristi.
Gracias a su pequeña complexión, fue simple ocultar su embarazo; sin embargo, tres semanas antes de su graduación, el pastor de su iglesia llamó a su papá para contarle sus sospechas.
Ella recuerda que su padre entró a su cuarto “y empezó a decirme cuánto me amaba y lo orgulloso que estaba de mí. Entonces me preguntó si estaba embarazada y le conté lo que sucedió. De inmediato pidió una cita con el doctor y una junta con mi escuela y la iglesia”, comentó.
En la escuela fueron amables, el doctor hizo los chequeos necesarios y le informó que todo estaba bien con la niña que llevaba en el vientre, a pesar de no haber pasado por todas las citas prenatales.
Sin embargo, en la iglesia no fue igual, la recibieron con confusión y rechazo. La familia del agresor también asistía a la misma iglesia, por lo que el pastor decidió tener una reunión con todos los involucrados.
“Él (el agresor) admitió lo que me hizo frente a todos. No hicieron nada. De hecho, trataron de presionarnos para que nos casáramos. Era claro que querían esconder todo para no perturbar la iglesia. Cuando yo no accedí, me pidieron que me fuera”, lamentó.
Luchando contra la depresión y la confusión espiritual, pues esa iglesia fue su hogar durante nueve años, el 27 de Julio de 2018, nació Adeline Marie Kollar.
“En el momento en el que la vi, todo el dolor previo de los 9 meses desapareció completamente. Realmente creo que, si no tuviera a Abby, no habría podido sanar de las agresiones. Ella era y es la luz y el propósito de mi vida”.
Gracias a Dios, Adeline nació bien, y con el apoyo de su papá, Kristi pudo seguir su sueño de ir a la universidad y de tener una vida en Nueva York.
Actualmente, Kristi es una estudiante de actuación, madre soltera y activista provida. Dirige un grupo de defensa de la vida en todas las etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Ella apoya en centro de embarazo, y da charlas en eventos públicos.
“Guío y atiendo a jovencitas y puedo ayudar en temas más personales como el lidiar con asuntos como el abuso sexual, prevención de suicidio y embarazo de adolescentes”, comentó.
Kristi está segura que la maternidad no mata los sueños, y no se limita a la edad, “siempre hay apoyo, aunque no venga de la familia o de los más cercanos. Hay centros, así como otras organizaciones y personas voluntarias que quieren hacer cualquier cosa para ayudar”.
“No tiene que haber circunstancias perfectas. El aborto jamás es la mejor opción”, concluye.
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