Bajo el lema “Únete a los Héroes”, el Banco de Alimentos Arquidiocesano de Bogotá (Colombia) lanzó una campaña para que personas e entidades se sumen a esta iniciativa que tiene como misión luchar contra el hambre en las poblaciones vulnerables.
La comida no se bota, ¡se comparte! #UneteALosHeroes https://t.co/yiz0VPr2GX pic.twitter.com/gdeJQYLwkf
— Banco de Alimentos de Bogotá (@BancoAAlimentos) 21 de febrero de 2019
Esta iniciativa de la Iglesia en Bogotá actualmente, asiste a más de 61 mil niños, 22 mil jóvenes, 24 mil adultos, 10 mil adultos mayores y 47 mil familias.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Daniel Saldarriaga, director ejecutivo desde el 2001, explicó que el objetivo es contar con el apoyo de más “héroes”, quienes pueden participar de diferentes maneras para detener el problema del hambre.
“Nuestra campaña se llama ‘Únete a los Héroes’ porque identificamos como héroes a todos aquellos que quieren hacer algo por los que tienen necesidad de alimento”, declaró.
Añadió que el banco considera “héroes” a todos aquellos “que se han preocupado en los sectores más pobres, por hacer lugares de acogida para la gente con necesidad, desde niños, adultos mayores, fármacos dependientes, personas necesitadas o con discapacidades”.
"Vuestros pequeños gestos pueden cambiar el mundo" - @Pontifex_es#UneteALosHeroes y ayúdanos a hacer realidad los sueños de miles de niños que pasan hambre en Bogotá.#DíaDeLosNiños pic.twitter.com/AuUdbUk3FR
— Banco de Alimentos de Bogotá (@BancoAAlimentos) 27 de abril de 2019
A través de esta campaña la entidad recibe alimentos, productos de aseo e higiene personal, así como bienes y servicios, que son destinados y distribuidos a las ONG inscritas en el banco.
Para recibir este apoyo, las ONG deben acreditar que trabajan con una población vulnerable, describiendo los beneficios alimentarios que brindan, y a su vez, deben estar legalmente constituidas.
De acuerdo con el sacerdote, un héroe también es aquel que “en lugar de botar productos que no alcancen a comercializar, los entreguen para hacerlos llegar a organizaciones donde se pueden mejorar condiciones de vida y condición vulnerable”.
En cuanto a la situación actual de las poblaciones con hambre en Colombia, el P. Salvatierra explicó que hay dos fenómenos que encuentran en su labor diaria.
“En nuestro país solo se logra aprovechar dos tercios de lo que llegamos a producir, cosechar, o comercializar, el resto se desperdicia. Es por ello que en Colombia estamos contribuyendo al número de gente con hambre”, advirtió.
En ese sentido, con su campaña el banco también busca modificar tres puntos clave: modificar hábitos alimentarios, generar una cultura de la alimentación sana y saludable, y en tercer lugar, luchar contra la cultura de la mendicidad.
“No es justo que estemos haciendo mendigos. Necesitamos calmar el hambre y luchar contra la pobreza. De lo contrario, seguimos haciendo obras que parecen muy interesantes, pero que no tienen la bondad con la que de verdad dignificamos esa calidad de vida a la gente que más necesita”, subrayó.
El sacerdote, quien es director ejecutivo del Banco de Alimentos desde el 2001, enfatizó que “si damos las cosas fáciles a los pobres, no les estamos haciendo el bien que ellos requieren. No estamos haciendo la tarea bien hecha”.
“Es importante que la gente se alimente bien y tenga una cultura de buenos hábitos, acompañar a los más pobres para que tengan escolarizados a los niños, así como también, ayudar a que los adultos mayores sean insertados en lugares donde puedan trabajar y sentirse útiles”, destacó el P. Saldarriaga.
En ese sentido, destacó que muchas organizaciones han dejado de trabajar con ellos porque “se han vuelto sostenibles”, lo cual responde al objetivo de la campaña.
En cuanto al trabajo de los jóvenes, comentó que se debe promover una dinámica de oportunidades que les permita “tener la ilusión de prepararse para el mundo del trabajo y engranarse con las economías”.
Asimismo, recalcó el voluntariado que realizan los estudiantes a través de sus prácticas profesionales. “También son ‘héroes’ los estudiantes que realizan la práctica social que le exigen las universidades, ya que de esta manera interactúan con los emprendedores sociales y se hacen partícipes de la posibilidad de mejorar el mundo de esas familias que los necesitan”.
El sacerdote comentó que en Estados Unidos y Europa se descubrió que “hay cosas que la gente hace que no es no tengan valor, sino que no tienen precio”. “Lo que hace un voluntario lo hace generando cambios y dando lugar a unas mejores oportunidades en la vida de la persona que lo necesita”, afirmó.
El Banco de Alimentos de Bogotá es una fundación completamente autosustentable que nace en el 2001, con el objetivo de dar respuesta al llamado que el Papa Juan Pablo II realizó en la Carta Apostólica “Novo Millenio Ineunte”: una obra basada en la generosidad que beneficie a las personas más vulnerables de la capital colombiana.
El banco tiene un grupo de 126 colaboradores que son “un puente” que los une a los más necesitados, y que les permite llegar a más de 313 mil personas en estado de vulnerabilidad en la capital colombiana.
Para donar desde el exterior, se puede realizar por estas vías: https://www.bancodealimentos.org.co/otras-formas-de-donar/
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